Por más que Sergio Ramos intente ocultar la realidad en zona mixta, tanto los números como las imágenes le dejan retratado. Con cinco expulsiones ya ante el Barça y 17 en total en Liga, el camero está a solo una roja de ser el jugador más expulsado de la historia de la Liga. Y es que el central madridista lleva jugando más allá del límite durante muchos años. Desde que fichara por el Real Madrid en 2005, el ex del Sevilla ha tenido que lidiar con la magia de un Messi al que solo ha podido parar a base de entradas agresivas. Pero no solo Messi sabe lo que es recibir estopa del andaluz, sino también otros azulgranas.
Ramos también fue expulsado en el Clásico del Camp Nou de la pasada campaña por una dura entrada por detrás a Luis Suárez que le suposo la segunda amarilla.
Anteriormente, el andaluz tampoco acabó el Clásico en el año en el que el Tata Martino entrenaba al Barça. Ramos hizo falta a Neymar siendo el último hombe y se fue a la ducha antes de tiempo.
En 2012, en un partido de Copa del Rey, Ramos había visto la amarilla por protestar y, cerca del final, desquiciado también porque su equipo iba a quedar eliminado, dejó el codo en un salto con Busquets y vio la segunda amarilla.
Pero su acción más necia ante el Barça fue en el primer año de José Mourinho en el Real Madrid. En el Clásico del 5-0, en el año 2010, el resultado y la aplastante superioridad azulgrana terminó por desquiciar a un Ramos que perdió los papeles al propinar una patada horrible al argentino. Tras ver la roja directa, además, el central agredió a varios de los jugadores del Barça.
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Al margen de las 'exhibiciones' de Ramos contra Messi y los jugadores del Barça, el zaguero ya ha protagonizado infinidad de acciones en los últimos tiempos que confirman dos cosas: va pasado de rosca en muchos duelos individuales y tiene bula arbitral.