La movida en la portería del FC Barcelona empieza a tomar dimensiones esperpénticas. Si esta mañana Ter Stegen acudía a las oficinas del club acompañado de su representante con una oferta del City bajo el brazo para informar al club blaugrana de que si no era titular prefería marcharse, Catalunya Ràdio desveló que el pasado viernes el portero chileno Claudio Bravo habría mantenido una reunión con el club bajo los mismos parámetros, es decir, amenazando con marcharse si no le garantizaban la titularidad.
En ambos casos la respuesta del club ha sido la misma: "si te quieres ir paga la claúsula". Que en el caso de Bravo estamos hablando de 40 millones, una cantidad sin duda elevada, sobre todo al tener en cuenta que estamos hablando de un portero de 33 años.
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Está claro que el debate de la portería empieza con una polémica de difícil solución, o al menos en ningún caso salomónica, porque seguramente uno de los dos acabará perdiendo el pulso. La paciencia de uno de los dos tiene un límite: 14 de agosto. Ese día se jugará el primer partido oficial de la temporada, la Supercopa de España ante el Sevilla, y Luis Enrique tendrá que tomar una decisión bajo los palos. El damnificado seguramente volverá a llamar a la puerta del club al día siguiente.