Mark van Bommel es consciente de que dirige a un equipo que, pese a ser grande en Holanda, le cuesta reverdecer laureles en Europa. De ahí que muchos de sus futbolistas, sobre todo los internacionales, vean al PSV como una lanzadera para acabar jugando en un grande del continente. Ha pasado siempre y, por lo visto, seguirá pasando.
Uno de sus futbolistas, el mexicano Hirving Lozano, se ha dejado querer de forma repetida por el conjunto blaugrana. "Sería un sueño venir a este gran club en un futuro, aunque lo principal es estar en el PSV ahora, enforcarme bien y disfrutarlo al máximo", comentó antes del encuentro entre ambos equipos en la ida de la fase de grupos en el Camp Nou. Su entrenador entiende que no solo a él le gustaría, sino que a muchos más: "Todo el mundo querría jugar en el Barcelona"; aseguraba en la rueda de prensa posterior al triunfo por 1-2 en el Phillips Stadion.
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Van Bommel, cuestionado por el futuro del mexicano en relación con el Barça, echó mano del tópico y generalizó para no tener que hablar de forma individual sobre el delantero, uno de los futbolistas más destacados del PSV en el partido de Champions y al que la Eredivisie, como a De Light o De Jong, se le está quedando pequeña.