El campeonato estaba en juego, por lo menos la posibilidad de asegurarse, prácticamente, ser campeones, y el Barça salió dispuesto a no dejar pasar la oportunidad. De inicio a fin jugó un partido muy sólido con el que deja a solo un triunfo en las últimas cuatro jornadas acabar primero.
En solo cinco minutos pudo ponerse 2-0. Solo llegó uno, el único del partido, suficiente para avanzarse en el marcador. Una jugada por banda izquierda entre Perea, Gumbau y Cucurella acabó con el centro del lateral para que Kaptoum, solo dentro del área rematase a la red. Jugada de esas que se entrenan y que, de tanto entrenarlas, salen en los partidos. Un equipo trabajado. Corría el minuto 2.
Tres minutos más tarde se repitió la misma jugada, esta vez por la banda izquierda. Palencia se la puso Alfaro, pero el delantero remató defectuoso. Tanto que se le quedó el balón atrás. Pudo ser el 2-0, pero el filial blaugrana no sufrió demasiado durante el primer tiempo. Alguna jugada islada, sobre todo, de Casares. También una falta directa desde la frontal de Quintillà que se fue alto. Poco más. En cambio, cada vez que llegaba el filial, pasaba algo. Perea se la cambió a la zurda dentro del área y envió el balón a la cruceta. Acabó el primer tiempo con un más que merecido 1-0.
Perea, uno de los jugadores con más clase del filial, se la dejó a Kaptoum para que disparara nada más iniciarse el segundo tiempo. El balón se fue alto. El Lleida Esportiu quería, pero no podía. Los de Gerard controlaban el encuentro sin problemas. Muy sólidos. Kaptoum la tuvo de cabeza a centro de Alfaro y Nierga respondió con una rosca que se fue por poco. Le costaba un mundo crear peligro a los leridanos. Pero lo creban. Como cuando Nierga probó a Varo o Quintillà disparó fuera por poco tras un error de Fali. Apretaban. No había otra si querían sumar.
varo, parada de campeonato
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La realidad en el segundo tiempo llevaba al Lleida Esportiu cerca del área de Varo, pero sin llegar a concretar lo que se intuía. En el otro área, el Barça, como cuando disparó Alfaro fuera, era mucho más peligroso. La necesidad pedía cerrar el partido con un segundo gol del filial. Pero no llegó y tocó remar hasta el final. Varo protagonizó la parada del partido detuviendo primero un cabezazo de Cristian Gómez primero y, luego, un disparo a bocajarro de Quintillà. Una parada de campeonato.