El vicepresidente institucional del FC Barcelona, Emili Rousaud, junto a otros compañeros de junta, lideró la revuelta de los directivos del Barça en la reunión que ha tenido lugar este mediodía en Sant Just Desvern y que ha terminado con Josep Maria Bartomeu aceptando que se suspenda de empleo y sueldo a Jaume Masferrer, responsable del Área de Presidencia del club. La totalidad de la junta ha entendido que Masferrer tiene mucho que ver en el caso del 'Barçagate' a la luz de las primeras pruebas.
Sin embargo, además de aceptar que Masferrer sea apartado del club momentáneamente, se ha exigido a Bartomeu que el club contrate los servicios de una empresa auditoria para que se haga una investigación interna de todo el protocolo de actuación que se ha llevado a cabo en la contratación de los servicios de la empresa I3Ventures. La empresa elegida ha sido PriceWaterhouseCoopers (PWC), una de las 'big four' del sector a nivel mundial. Además de revisar ese contrato, se analizarán otros parecidos. Los directivos entienden que por culpa de una mala praxis, de la que ellos eran desconocedores, no se puede poner en peligro el prestigio de los componentes de esa junta. Y por lo tanto, quieren luz y taquígrafos. Una de las preguntas que se hacen los directivos, y de la que quieren respuestas, es si el encargo que se le hizo a I3Ventures de monitorizar todo lo que se habla del Barça en redes sociales (198.000 euros multiplicado por cinco facturas), se ajusta al precio de mercado.
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Paralelamente, el FC Barcelona también encargará un peritaje externo para que, junto a la 'compliance officer' y el CEO del club, se analice en profundidad ese contrato concreto de I3Venture.