El Barça quiere sentenciar los cuartos de final de la Champions en el Camp Nou. O, al menos, lo intentará. Ese es el objetivo de Tata Martino y su equipo en el primer duelo europeo contra el Atlético: no dejar trabajo por hacer para la vuelta en el Calderón. Porque eso sí que sería tremendamente peligroso. La 'mano inocente' de Figo perjudicó al Barça en el sorteo del rival y del orden de los partidos. Y como eso ya no tiene remedio, hay que buscarle la parte positiva al difícil emparejamiento: el estadio blaugrana debe empujar al Barça hacia una victoria contundente que le permita viajar a Madrid con una renta más o menos cómoda.
Para conseguir su objetivo, el Barça deberá extremar las precaucaciones defensivas ante un Atlético que tiene en Diego Costa (que ayer se retiró del entrenamiento por precaución) a un arma de destrucción masiva. Los 33 goles que lleva el delantero brasileño esta temporada (25 en la Liga, 7 en la Champions y 1 en la Copa) son el principal argumento ofensivo de un Atlético que ha 'clonado' el estilo de su entrenador: la intensidad y la agresividad que transmitía Simeone en el campo son ahora la tarjeta de presentación de un equipo rocoso, duro, compenetrado y muy competitivo. Un equipo al que el Barça no ha podido ganar todavía en sus tres enfrentamientos de esta temporada (dos empates en la Supercopa de España y otro en la Liga).
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La magia de futbolistas como Messi, Iniesta, Xavi, Neymar, Cesc... debe imponerse esta noche a la fuerza de un Atlético que, con el paso de los meses, se ha ganado el derecho a sentirse tan favorito como cualquiera. El Barça, que ha recuperado su mejor versión en el momento más oportuno, está en condiciones de derrotar, por fin, a los rojiblancos y dar un paso de gigante hacia esa Champions que tan lejana parecía hace solo un par de semanas y que ahora se ha convertido en un sueño más que posible.