Si algo identifica el ADN Barça es el juego de toque y posición. Eso se traduce en altos porcentajes de posesión, dominar al rival con el balón. Cuando se pierde, es síntoma de que algo no funciona en el engranaje.
Después de años con crisis de identidad en cuanto al estilo que han evocado al equipo a una de las mayores hecatombes deportivas de los últimos tiempos, con Xavi volvió todo que recordaba al Barça de las épocas gloriosas. Pero este jueves, en el Reale Arena, los azulgrana firmaron una victoria de oficio en la que renunciaron a lo que lo les hace genuinos. Ante la Real Sociedad firmó su segundo índice de posesión más bajo desde la temporada 2005/06 con un 44,3%.
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Solo supera esta cifra el 44% ante el Betis en marzo de 2019. Los béticos, con Setién al mando, perdieron por 1-4 pero tuvieron el dominio del balón, aunque fuera Messi quien se lo llevara a casa con un hat-trick. Los azulgrana ya venían prevenidos del partido de noviembre en el que los béticos les dieron de su propia medicina a los catalanes goleándoles (3-4) en su casa con su propio estilo.