No es un tema de números, nada que ver con las matemáticas, que para llegar a ese extremo hay que estar cerca del final. Lo que hoy puede provocar el Barça en el madridismo es pánico, ese miedo escénico que describía Valdano cuando alguien se acercaba al Bernabéu (le pasa a muchos, no a los blaugrana...), pero en versión teletexto (eso es de Txiki Begiristain) a la hora de asomarse a la clasificación.
Si el Barça gana hoy en Villarreal se pondrá a once puntos de los blancos. Once puntos. ¡Once puntos! Una distancia, cierto, relativa porque el Real Madrid sumaría un partido menos que los de Xavi tras jugar ayer la final del Mundial de Clubs en Rabat. Y, pese a todo, real durante, por lo menos, los días que van desde el encuentro en La Cerámica hasta la visita del Elche a la Castellana el próximo miércoles. Durante tres días, si el líder logra mantener el ritmo mostrado a domicilio esta temporada, los blancos tendrían tiempo más que suficiente para notar la presión que supone recortar una distancia que solo puede ser recortada tras cuatro jornadas. Poca broma incluso teniendo un partido mas por delante y aunque este partido sea contra el colista.
Están avisados
El Barça está en disposición de convertir en un flan el proyecto liguero madridista, aunque, para ello, deberá ganar donde, precisamente, el Real Madrid cayó hace poco. La Cerámica es, sin duda, una de las salidas más complicadas que tiene el conjunto de Xavi de aquí a final de temporada después de haber visitado estadios como Anoeta, Metropolitano, Sadar, Mestalla o Bernabéu, único escenario en el que los blaugrana se dejaron puntos, los únicos tres que ha perdido el equipo lejos del Camp Nou, donde hubo que descontar los del Rayo en el debut del campeonato y los del Espanyol en el derbi que se cargó Mateu Lahoz.
No es lo que parece
Villarreal es una de esas plazas a las que hay que acudir con los cinco sentidos, alejándose de la tentación que invita a gestionar la distancia de ocho puntos al frente de la tabla. Los castellonenses, en la primera vuelta, visitaron Barcelona y regresaron a casa con un 3-0 meridiano, de esos que no admiten dudas. Ahora ocupa su banquillo Quique Setién, que tiene cosas que decirle al Barça tras una salida algo traumática de la Ciudad Condal. Los amarillos encadenan dos jornadas en las que han caído en casa ante el Rayo y también fuera ante el Elche, en lo que supuso la primera victoria del colista en LaLiga. Nada es lo que parece. El Villarreal, que ocupa la séptima posición en la tabla, sería cuarto si solo tuviéramos en cuenta los partidos disputados ante su afición, que ha celebrado seis victorias en los nueve encuentros jugados en su estadio, más que suficientes como para que el Barça mantenga el nivel mostrado en las últimas semanas.
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Lo tienen en sus manos, como dijo Jordi Alba, y la Supercopa de España fue la mejor manera de empezar a creer en retos mayores, como explican Xavi y Lewandowski. Ganar en Villarreal no son solo tres puntos, es empezar a sentar las bases del regreso de quien ha dominado LaLiga los últimos veinte años.