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La relación de Andrés Iniesta con el Barça es excelente. Siempre ha sido así. El club está muy agradecido por haber contado con la complicidad y el rendimiento del futbolista en una etapa de éxitos sin precedentes y las dos partes intuyen que el camino estaría llegando a su final. En el Barça empiezan a dar por perdido a Iniesta, ya que las cifras económicas que se barajan para su futuro en China son estratosféricas y entienden que el futbolista tiene una oportunidad para acabar su carrera firmando su mejor contrato como profesional.
El Barça ha dado total libertad a Iniesta para que decida lo que más le convenga. Se lo deben. Y le apoyarán en cualquier decisión que se tome. Por eso, firmaron un contrato de renovación vitalicio en el que el futbolista tenía la potestad de cortarlo a finales de temporada. Al club blaugrana le encantaría que Iniesta siguiese y los técnicos también se lo han comunicado así, pero está claro que las condiciones económicas que le ofrecen en China son inigualables para cualquier club europeo.
Ernesto Valverde considera a Iniesta titular indiscutible del equipo. El capitán comenzó el curso en el once y sigue estando en el mismo a pesar de las incorporaciones de Dembélé y Coutinho. No hay jugador que interprete mejor el juego blaugrana, por lo que es difícil suplirlo. Su adiós marcaría una época. Los técnicos le han dejado claro que tiene las puertas abiertas del vestuario y que, si continua, seguirá siendo un futbolista imprescindible en el equipo. Esta temporada ha aguantado físicamente y parece claro que Iniesta tiene cuerda para algún tiempo más.
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En el vestuario también son conscientes de la difícil decisión que debe tomar Iniesta. Es un futbolista querido y respetado por sus compañeros. Un auténtico líder que se ha ganado con sus actos su lugar de privilegio en el equipo. En las próximas semanas, Iniesta será clave para la consecución de títulos y, luego, decidirá. El Barça lo ve lejos, aunque aún queda alguna esperanza para que siga.