FC Barcelona
El Barça blinda su futuro: cláusulas millonarias para evitar fugas
La política del club blaugrana pasa por asegurar el talento de la casa y protegerlos con cláusulas de rescisión 'antijeques'
Mirar en casa antes de comprar fuera. Una política que siempre ha representado al FC Barcelona cuando se trata de reforzar su plantilla, pero que con la delicada situación económica que atraviesa la entidad, se ha convertido en toda una máxima. Ante las ofensivas de algunos clubes estado de pescar el talento culé forjado en La Masia, el club blaugrana sigue reteniendo a sus jóvenes promesas de presente y futuro mejorando sus condiciones contractuales.
El último en firmar un nuevo contrato en las oficinas de la entidad catalana ha sido Fermín López. El futbolista onubense amplió hasta el 30 de junio de 2029 su contrato que expiraba en verano de 2027; así como, además, incrementó su cláusula de rescisión en 100 millones de euros: de 400 a 500.
Se trata de la tercera renovación del futbolista en los últimos años: antes de salir cedido rumbo al Linares en verano de 2023 por una temporada más, hasta el 2024. Durante la pasada gira de pretemporada, en la que marcó un golazo al Real Madrid en el amistoso disputado en los Estados Unidos, el Barça volvió a blindar al centrocampista, ampliando su vinculación con el club catalán hasta 2027. El jueves se oficializó que seguirá de blaugrana dos temporadas más, con las mejoras salariales que ello comporta.
Los más protegidos
Son varios los jóvenes futbolistas de la actual plantilla que suscitan el interés de los grandes equipos de Europa. Por ello, el club ya les ha blindado en las últimas renovaciones o cuando aterrizaron a la capital catalana con cláusulas de rescisión inasumibles. Hasta nueve jugadores menores de 25 años la tienen estipulada en 1.000 millones de euros: Lamine Yamal, Gavi, Balde, Pedri, Ansu Fati, Ferran Torres, Araujo y Koundé. Aquí también podríamos añadir a Raphinha, quien dentro de mes y medio cumplirá 28 años.
Un escalón por debajo encontramos, siempre hablando de los menores de 25 años, a Marc Bernal, Cubarsí y el citado Fermín, con 500 millones de euros en su cláusula de rescisión. En el caso del de Berga, arrancó la temporada como el pivote titular de Flick, pero una grave lesión de rodilla en la tercera jornada le dejó fuera para lo que resta de curso. En un gesto de confianza, el Barça le adecuó su contrato, que le vincula con el club hasta 2026, cuando finaliza su etapa como juvenil, con tres años más opcionales.
Un peldaño por debajo
En este estrato también encontraríamos a otros tantos miembros de la actual plantilla más veteranos, con una cláusula de rescisión de 500 millones de euros. Nos referimos a Ter Stegen, Christensen, Lewandowski y el recién fichado Dani Olmo.
La cláusula de rescisión de Iñaki Peña y Eric Garcia está cifrada en 400 'kilos'; mientras que el resto de jóvenes futbolistas de la plantilla la tienen estipulada en 100 millones de euros: Marc Casadó, Pablo Torre, Gerard Martín, Pau Víctor y, presumiblemente, Héctor Fort, cuya información no ha salido a la luz todavía.
¿Tienen validez?
Otro de los debates que se plantea alrededor de estas inimaginables cifras que están estipuladas en los nuevos contratos que firma el Barça hacen referencia a qué sentido tienen. Es evidente que ningún club se puede plantear abonar 1.000 millones de euros para firmar a un futbolista, tenga el apellido que tenga. Sin embargo, si una entidad ofrece 300 millones de euros, ¿de verdad el Barça no los aceptaría?
De la lista de los jugadores que integran el grupo de los mil millones, todos tienen un valor de mercado infinitamente inferior a este número. Y por la gran mayoría de ellos, el Barça -igual que cualquier otro club del mundo- aceptaría una oferta que no alcance la cláusula de rescisión; siempre y cuando esta alcance las tres cifras y tenga cara y ojos.
Simplemente, los clubes de fútbol, con estos importes estipulados en los nuevos contratos realizan una declaración de intenciones de cara a la galería. "Este futbolista es mío, intocable, ni te plantees ficharlo". Ahora bien, la realidad es muy diferente y, aunque el Barça -o cualquier otro club- se remita a la cláusula de rescisión; si se quiere llegar a un acuerdo de traspaso, se alcanza.
Deberes pendientes
Las siguientes carpetas que tiene la dirección deportiva por resolver son las de Gavi, Pedri, Araujo y De Jong; cuyos contratos vencen en 2026. La idea es la de sellar unas nuevas vinculaciones hasta el año 2030, con el sevillano y el canario como casos prioritarios, con quienes ya ha habido contactos.
Con el uruguayo, parece que la solución llegará a buen puerto. Deco quiere renovarle, también, hasta 2030 y Flick está esperando al central con los brazos abiertos y el jugador está abierto a seguir. De hecho, él nunca ha expresado la voluntad de marcharse.
Con el neerlandés, no obstante, reina un menor optimismo. Recuperado de su esguince de tobillo, se ha reincorporado recientemente al equipo y la confianza que le ofrezca Flick puede ser determinante para decidir su futuro. No obstante, existe la sospecha en el seno del club que el centrocampista podría esperar a 2026, cuando finaliza su contrato, para abandonar la capital catalana como agente libre y firmar por otro equipo con una suculenta prima de fichaje, sin que el Barça vea un céntimo por la operación.
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