Acusado con frecuencia de comprar caro y vender barato, de no saber moverse con destreza en el mercado, el Barça está logrando esta temporada equilibrar sus cuentas al milímetro: a estas alturas, el club ya ha ingresado 124,2 millones de euros por traspasos, una cifra solo superada por las excepciones circunstancias del año pasado, cuando el PSG se llevó a Neymar pagando su cláusula de 222 millones.
Nunca antes el Barça había ingresado tanto por sus descartes, de los 50 millones de euros por Paulinho a los 2,25 que dejará en las arcas del Barça la cesión de André Gomes al Everton.
destino everton
El portugués es el último en sumarse a la lista de bajas: lo hizo ayer a media tarde, casi al mismo tiempo que Yerry Mina, también se va al Everton, aunque traspasado y a cambio de 30,25 millones de euros (más 1,5 en variables), en una de las operaciones más rentables de la historia reciente del Barça: el colombiano llegó en enero procedente del Palmeiras por 12 millones y ocho meses después firma por el Everton, que paga 30,25, una plusvalía de 18,25 millones por un futbolista que solo disputó seis partidos oficiales.
También la salida de André Gomes parece una buena operación: el luso apenas entraba en los planes de Valverde y buscará en el Everton la continuidad y sobre todo la confianza que no tuvo en Barcelona. El Everton asumirá su ficha y además, abonará al Barça 2,25 millones de euros por la cesión del jugador.
Los 124,2 millones ingresados por ventas dejan muy equilibradas las cuentas, ya que el club lleva gastados esta temporada 125,9 millones en los fichajes de Lenglet, Arturo Vidal, Arthur y Malcom.
aligerar la masa salarial
La lista de bajas del Barça ya asciende a nueve: seis de ellas (Paulinho, Digne, Deulofeu, Aleix Vidal, Mina y Gomes) han dejado dinero en el Barça, mientras que Iniesta (fin de contrato) y Douglas y Ortolà (cedidos al Sivasspor turco y al Depor, respectivamente) abandonan el equipo a coste cero.
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El club no solo aligera la plantilla, también ve reducida la masa salarial de la primera plantilla, una de las grandes preocupaciones de la directiva.