El FC Barcelona sigue trabajando para rebajar la masa salarial de la plantilla. Para lograrlo, el club catalán tenía un objetivo prioritario: dar salida a Samuel Umtiti, con contrato hasta 2023 y un salario cercano a los 16 millones de euros brutos por temporada. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el zaguero, que siempre se ha mostrado contrario a abandonar el club pese a contar con la carta de libertad, el Barça medita seguir los mismos pasos que con Matheus Fernandes. Es decir, una rescisión de contrato unilateral. La entidad azulgrana está dispuesta a dar de baja al defensa, que lógicamente no aceptaría la decisión. Entonces, sería la FIFA quien impartiera justicia en el litigio.
El problema del Barça con Samuel Umtiti viene agravándose, acercándose al límite. En Can Barça consideran que el club no puede asumir una de las fichas más altas de la plantilla con un futbolista que no está en condiciones de llevar a cabo su trabajo. 'Big Sam' llegó cobrando alrededor de dos millones netos por temporada y en la actualidad está sobre los ocho, lo que resulta un auténtico drama para el club teniendo en cuenta sus problemas de rodilla. El Barça le animó repetidamente a pasar por el quirófano pero el jugador, que priorizó en su momento poder disputar el Mundial con Francia, no escuchó los consejos del club.
Ante tal escenario, y una vez el Barça tiene asumido que el jugador sigue resistiéndose a abandonar el club y también a bajarse el sueldo, a la entidad que preside Joan Laporta no le queda más remedio que contemplar una rescisión de contrato unilateral, como ya hizo con Matheus Fernandes. Con el brasileño, será un juzgado de Barcelona quien tome cartas en el asunto -si el jugador decide ir hasta el final para cobrar su indemnización-, pero en el caso de Umtiti sería la FIFA la encargada de impartir justicia, pues así lo especifica el contrato del ex del Olympique de Lyon.
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Si se llega a tal extremo, es evidente que Umtiti no se quedará de brazos cruzados, por lo que habría litigio a la vista. Dicha opción no asusta al club catalán, que cree tener argumentos sólidos para salir victorioso. Lo que está claro es que el Barça no quiere ver ni en pintura al francés, que o pone de su parte para cambiar de aires en las próximas semanas o podría ver como el Barça da un siguiente y mucho más contundente paso.