El Barça B ya está a cinco puntos del playoff. Lo que parecía un partido ideal para volver a sumar los tres puntos acabó convirtiéndose en la misma pesadilla de cada semana. Mucho fútbol, muchas ocasiones pero con muy poca pólvora arriba. El filial azulgrana fue muy superior al filial valencianista pero no estuvo nada acertado en las áreas, donde se deciden los resultados. Así, el cuadro de García Pimienta deja escapar una ocasión de oro para acercarse a los puestos nobles y cede una dura derrota que le deja casi KO.
Al filial azulgrana ya ni le asusta la amenaza de la tormenta. El frío, la lluvia y el viento se instaló en el Antonio Puchades pero no evitó ver a un Barça B crecido y con ganas de estar en el playoff. Para ello, el cuadro de García Pimienta ya sabe que debe competir los noventa minutos puesto que unos minutos de descanso en esta categoría pueden significar una auténtica debacle como la que experimentó en Cornellà. Así, los azulgrana salieron con la lección aprendida y dieron síntomas de ser un equipo candidato a todo.
El técnico recuperó a sus efectivos más preciados y la maquinaria azulgrana carburó a las mil maravillas. Con el monopolio de la posesión, el filial del Barcelona sometió al Valencia Mestalla, negándole cualquier posibilidad de acercarse con peligro a la meta de un Iñaki Peña que no tuvo que intervenir en toda la primera mitad. Los ches, bien encerrados atrás, decidieron cederle todo el protagonismo al rival y no lo pagaron caro de milagro.
Y es que el Barça B dispuso de buenas ocasiones para abrir la lata pero la diosa fortuna les dio la espalda. Carles Pérez, muy activo en el costado diestro, tuvo la más clara tras irse de todo aquel que se le ponía por delante pero su remate se estrelló en el palo. También dispuso de un cabezazo claro un Mujica que no lo dejó de intentar. Todo el filial azulgrana cuajó una gran primera mitad, incluido un Riqui Puig que no dejó de filtrar pases con veneno en las escasas grietas del muro defensivo che. Solo faltó el gol.
Sin gol no hay paraíso
La segunda mitad comenzó tal y como acabó la primera. Ocasiones y ocasiones que no iban a más por las numerosas paradas de un Emilio Bernad inspiradísimo. El meta valencianista mantuvo a los suyos con vida durante todo el encuentro a base manos providenciales. Los azulgrana, desesperados, no dejaron de intentarlo pero erraron en todos y cada uno de sus remates ante un Valencia Mestalla que poco a poco iba ganando terreno.
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Las contras ches eran cada vez más peligrosas hasta que llegó lo que muchos esperaban. Es una de las leyes más absolutas del fútbol: si fallas lo acabas pagando. Riqui Puig perdió un balón comprometido en el centro del campo que derivó en una contra mortal convertida por Fran Navarro. El Valencia Mestalla se ponía por delante en el marcador sin haber hecho prácticamente nada. Tras el jarro de agua fría, los azulgrana fueron a por el empate a la desesperada pero ya no hubo tiempo para más. Sobra fútbol, sobran ocasiones pero falta gol. El playoff está cada vez más lejos.