El Camp Nou vivió este miércoles un noche europea inolvidable. Los dos goles de Messi ante el Bayern Múnich encendieron las gradas, pero el remate de Neymar, con el tercer gol ya en tiempo de descuento provocó la explosión en el banquillo barcelonista. Los suplentes, técnicos y demás personal del banquillo del Barcelona no pudieron reprimir sus emociones y pese a encontrarse cerca del que ha sido el mejor entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, mostraon su rabia por el importante triunfo conseguido.
Ya en el segundo gol de Messi, los suplentes, como es el caso de Bartra y Rafinha celebraron el tanto, pero cuando llegó el gol de Neymar, en una sensacional contragolpe y quedándose solo ante el guardameta del Bayern Múnich, Neuer, entonces toda esa emoción saltó. Fue una auténtica comunión entre la grada, donde los aficionados aún seguían coreando el nombre de Leo Messi, y los jugadores. Si hubiesen podido se hubieran abrazado todos, ya que un 3-0 en unas semifinales de la Champions League hacía mucho tiempo que no se veía en el Camp Nou. La última victoria en una semifinal en el Camp Nou databa de 2010. Había, pues, motivos para celebrarlo.