La historia dirá que Arthur se acostó futbolista del Gremio y se levantó siendo jugador del Barça.
Cuando el FC Barcelona anunció oficialmente el acuerdo de la opción de traspaso por el centrocampista del Gremio, eran las 07.17 de la mañana en Brasil. Arthur estaba durmiendo en la concentración del Tricolor Gaucho, en el hotel Laghetto Viverone, en el barrio Moinhos de Vento, uno de los más nobles de Porto Alegre.
El campeón de la Libertadores disputa esta próxima noche (a las 21.00, horario peninsular) un decisivo clásico contra el Internacional, en el estadio Beira-Rio, en que se juega el acceso a la segunda ronda del Campeonato Gaucho.
En principio, Arthur va a empezar el Gre-Nal número 413 desde el banquillo. El volante, que estaba recuperándose de la ruptura de un ligamento de la rodilla izquierda, volvió a los terrenos de juego el miércoles, cuando disputó los últimos diez minutos contra el SC Sao Paulo, en partido del Campeonato Gaucho.
Llevaba tres meses de baja, desde que fue cazado en la final de la Copa Libertadores contra el Lanús, el 29 de noviembre del año pasado.
Arthur ha vivido sus primeras horas como blaugrana blindado, sin tener contacto con los fanáticos ‘torcedores’ gremistas ni tampoco con los medios de comunicación locales, que esta semana ya previeron el acuerdo que se ha hecho oficial hoy. Las únicas felicitaciones que ha recibido en persona han sido las de sus compañeros y la del técnico Renato Portaluppi, decisivo en su carrera.
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Concentrado con su equipo, la noticia de su fichaje por el Barça ha marcado la agenda inesperadamente las horas previas de uno de los clásicos donde hay más animadversión y rivalidad del fútbol brasileño.