Lo pidió con vehemencia Ferran Torres porque estaba justo al lado de la acción, pero el colegiado no consideró que las manos de Santos Borré en el área del Eintracht fueran suficiente como para pitar penalti. No se lo creían los jugadores azulgranas, que creían y querían merecer ese penalti que les devolviera de pleno a la eliminatoria cuando el partido aún iba 0-2.
El colegiado apreció la acción pero no quiso pitar nada. Tampoco cuando desde el VAR le dijeron que fuera a ver la jugada otra vez. Eso hizo Soares Dias, pero siempre mantuvo su decisión de no pitar la pena máxima.
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¿El motivo? Para el colegiado las manos de Santos Borré estaban en una posición natural y, por tanto, el impacto del balón no debía comportar un castigo tan grande como el penalti. Así, el partido siguió su curso.