Cuando Xavi Hernández insiste en la renovación de Araujo, no es un capricho. Ahora que el Barça ha firmado para la próxima temporada a Christensen, que negocian con Rudiger, que Piqué sigue eternamente en la mejor época de su carrera, que Eric García crece a diario y, sobre todo, que Umtiti no cuenta y Lenglet está en la rampa de salida, la guinda a un centro de la defensa bien nutrida es Ronald Araujo.
El uruguayo tiene contrato hasta 2023, pero es obvio que antes de llegar a la próxima temporada solo hay dos caminos:renovar o vender. Xavi es un firme defensor de la primera opción, pero desde el club no parece que todos los movimientos vayan en ese sentido. Para el técnico sería un error que Ronald no siguiera porque, desde su llegada, se ha encontrado a un futbolista absolutamente comprometido que, más allá de sus virtudes, dedica todos y cada uno de los entrenamientos a mejorar sus prestaciones para adecuarlas al estilo de juego que está imponiendo el egarense. Repasa vídeos, pide ayuda, pregunta constantemente y siempre se comporta como un profesional de pies a cabeza. Un futbolista que puede marcar época y quiere hacerlo en el Barça.