Aleix Vidal firmó una de sus mejores actuaciones con el Barça desde su fichaje. Es cierto que el Borussia Moenchengladbach fue un rival débil, pero aún así el lateral 'olvidado' de forma recurrente por Luis Enrique estuvo espléndido en los 90 minutos que pisó el césped del Camp Nou.
Aleix cumplió en todas las facetas que se le puede exigir a un lateral del perfil Barça. En primer lugar, estuvo de lo más sólido y atento en las contadas ocasiones en las que se le exigió intensidad en labores defensivas. Una galopada suya provocó la primera gran ovación del Camp Nou. Por cierto, durante el encuentro fueron varias las ocasiones en las que la afición azulgrana premió al jugador.
Pero lo más importante en partidos cómodos como el disputado frente al Gladbach es que el lateral pueda abrir el campo y sorprender de forma reiterada llegando desde atrás. Y Aleix fue todo un martillo para la deprimida defensa germana. El azulgrana lo bordó sorprendiendo con facilidad, asociándose con precisión y pisando la línea de fondo cuándo y cómo quiso.
La presencia ofensiva de Aleix también tuvo incidencia directa en la goleada de Champions. El lateral no se cansó de centrar una y otra vez, con varios pases buscando un desafortuando Paco Alcácer, pero también encontró en una ocasión a Arda Turan. Y el turco no estuvo para regalos, anotando su segundo gol en la cuenta personal tras un pase preciso de Aleix.
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En el particular duelo azulgrana de laterales suplentes, Aleix decantó casi todo el juego ofensivo del Barça por su banda, teniendo una presencia muy superior a la del francés Digne. Sin lugar a dudas, la versión Champions de Aleix Vidal apenas si se parece con el rendimiento ofrecido en sus contados minutos en Liga e incluso en Copa del Rey.