Educada, pero al mismo tiempo durísima exposición de Pau Molins en la presentación de las cuestiones previas ante el tribunal de la sala 1 de la Audiencia Nacional, al considerar que ese tribunal carece de competencias para juzgar a Sandro Rosell por los hechos que se le imputan. Entre sus consideraciones, apuntó que no se puede acusar a Rosell de corrupción entre particulares porque esa figura penal no existe ni en Brasil ni en Andorra, paises donde presuntamente se habrían cometido esos delitos. Y ese delito se incorporó a la ley española en 2010, cuatro años después de los casos que se están juzgando.
Molins considera que el tribunal que está juzgando a Rosell podría estar contaminado y puso en tela de juicio la imparcialidad de la Juez "por lo que dudamos, con todo respeto, de su neutralidad". Y lo justificó diciendo que en los casi dos años de prisión preventiva que ha sufrido, Rosell no ha podido preparar su defensa de forma adecuada al no tener acceso a sus documentos ni discos duros de sus ordenadores para sí buscar pruebas en su descarga.
Entiende Molins que un tribunal que durante dos años le ha negado la libertad provisional a su representado, difícilmente puede cambiar de opinión. Y se quejó abiertamente de un agravio comparativo a la hora de impartir justicia. Citó, por ejemplo, a los miembros de La Manada, que incluso después de haberse dictado sentencia, gozaron de días de libertad. También expuso el ejemplo de Fórum Filatélico, cuyos responsables fueron sentenciados a 12 años de cárcel y están en la calle preparando su recurso.
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Molins solicitó a la presidenta del Tribunal que tuviera a bien dictar la libertad provisional de su cliente, como en los casos citados: "Propongo su puesta en libertad provisional en este momento". Más adelante la presidenta Concepción Espejel se pronunciará al respecto.