El 1x1 del Real Madrid ante el FC Barcelona

El belga no perdió la compostura a pesar de que el Barça le llegó en varias fases del partido en oleadas. Su presencia evitó algún gol más, ya que obligó a Dembélé a apurar su disparo en dos mano a mano. En el último salvó el 0-2 ante Coutinho.

Dani Carvajal soñará con Dembélé y Jordi Alba. Sin Lucas Vázquez por delante ayudándole, el lateral ya intuía un partido difícil. Y así fue. El Barça encontró una autopista por su banda.

Mantuvo el tipo como pudo. Tuvo que multiplicarse para tapar los agujeros que dejó Carvajal. No siempre salió indemne, pero ayudó a que su equipo se mantuviera con vida hasta el final.

Undiano Mallenco y el VAR le perdonaron la expulsión por su agresión a Leo Messi antes del descanso. Sabiéndose inmune, el central del Real Madrid se dedicó a repartir estopa durante la segunda parte para evitar una nuevo meneo blaugrana.

Acabó perdiendo la ilusión y el empuje, ante el desesperante partido del equipo. Sufrió mucho con las contras del Barça y se quedó sin fuelle para desdoblar a Vinicius.

Tras un primer tiempo decente, el croata acabó tirando la toalla ante la nula colaboración de sus compañeros. Acabó rendido a la superioridad del Barça, incapaz de hacer reaccionar a sus compañeros.

Solo atinó a ver sombras a su alrededor. Nulo en la creación, también fue un lastre en defensa. Mal colocado y sin movilidad vio impotente cómo el centro del campo le arrollaba.

El alemán es ahora mismo un cero a la izquierda y su técnico le señaló sustituyéndole en los primeros compases de la reanudación por Fede Valverde.

Su desidia es para hacer perder la paciencia al más pintado. La afición del Real Madri le despidió con pitos cuando fue sustituido por Marco Asensio. Y aún estuvo generosa, porque su partido fue para que no vuelva a pisar el Santiago Bernabéu.

Lo del francés ha sido tremendo. Sus pocas intervenciones han acabado en pérdidas de balón por torpeza y desidia. Aunque era fuera de juego, ha chutado al aire un remate a bocajarro, en el colmo de la ridiculez. El mejor defensa blaugrana.

Fue el único delantero que mantuvo la compostura intentando una y otra vez desbordar a Sergi Roberto. Aunque no lo logró, tuvo el gol en sus botas, pero se topó con las costillas de Lenglet. Mucho ruido y pocas nueces, como siempre.

Sin alardes, elevó las nulas prestaciones de Kroos. Empujó, pero con poca claridad de ideas.

Es difícil aportar menos que Bale, pero el mallorquín no cambió la dinámica del partido

Salió ovacionado por el Bernabéu como el clavo ardiendo al que se agarra la afición del Real Madrid, pero no pasó de algunos chispazos sin resultado final. El malagueño no puede hacer milagros con tan pocos minutos y después de tanto tiempo sin jugar.