El 1x1 del PSG-Barça

El partido se jugó en el área rival y, además, su defensa estuvo muy segura durante todo el primer tiempo. Intervino poco y lo poco que intervino lo resolvió sin necesidad de demasiados esfuerzos. Nada pudo hacer ante el penalti de Mbappé.

Se situó en la posición de extremo y, desde ahí, dio profundidad y alternativas constantes en ataque. Rápido y valiente, empujó al PSG hacia atrás, que sacaba agua cómo podía. Navas evitó con los dedos el gol en un disparo violento del estadounidense. Con el Barça volcado, Koeman le cambió por Trincao, extremo puro.

Arropadito atrás, Mingueza tuvo trabajo porque Dest se empleó en posiciones ofensivas y Mbappé llegaba por la banda como un tren desbocado. En una de ellas vio la amarilla. Cumplió también por el centro junto a De Jong. Remató de cabeza fuera por poco en una de sus subidas, que también las tuvo. Koeman le cambió a diez minutos del descanso.

Situado como dueño y señor de la defensa, ejerció de Piqué. Viendo que sus compañeros atacaban con orden y criterio, tomó la opción de mantener la posición para proteger a Ter Stegen. Jugó con cabeza.

Unas veces por torpeza, otras por calcular mal y el resto por lo que sea, pero lo de Lenglet y los penaltis solo puede resolverlo Iker Jiménez. Un pisotón al tobillo de Icardi provocó que el VAR avisara al colegiado. Vio la amarilla.

Dembélé dominó las tareas ofensivas por su banda y mantuvo un tono algo más tímido que el habitual, subiendo solo cuando la jugada lo requería de forma imprescindible. En la segunda mitad se fue hacia arriba con más frecuencia porque el marcador lo requería.

La segunda o tercera juventud le sienta de maravilla. Corta, roba, reparte caramelos en forma de pases constantes. Una nueva exhibición del de Badia del Vallès, que fue el amo en el centro del campo. Keylor le sacó un remate de cabeza que se colaba. Desfondado, Koeman le cambió a un cuarto de hora para el final.

Le costó meterse y, aún frío, perdió un par de balones. Poco a poco, fue cogiendo el tono al partido para ejercer de maestro de ceremonias en cada ofensiva del equipo. Un partido de los que ayudan a crecer.

Harto de regalar goles iniciando ataques o buscando a Dembélé, el '10' dijo basta y, desde su casa, hundió el balón al fondo de la red con un golazo. Keylor le paró con el pie un penalti bien lanzado. Luego no dejó de intentarlo, pero no hubo manera. Eso sí, lo dio todo en ataque y defensa. Un líder.

Referente arriba, desde el primer minuto se le vio con una motivación especial a la que acompañó con acierto en todas sus acciones. Cuando controlaba, la defensa del PSG temblaba. Dos disparos cruzados obligaron a Navas a sacar dos manos importantes. Eso sí, lo falló todo.

Jugó en una posición algo más retrasada, ayudando de forma impagable en defensa. Trabajo sin descanso a favor de sus compañeros. No todo es brillar, el trabajo oscuro también suma. En ataque jugó fácil, dando velocidad al fútbol blaugrana. Al filo del descanso provocó el penalti que falló Messi.

Nada más entrar por Mingueza, hizo una entrada de esas que duelen incluso al espectador.

Salió por Dest para sumar más pólvora al ataque del Barça y acertó en prácticamente todo lo que intentó, pero fue de más a menos porque los minutos pasaban y el gol que permitiera soñar no llegaba.

Pese a que parecía cada vez más difícil, el canterano no tiró nunca la toalla, buscando acosar la meta de Keylor desde el primer balón que tocó.

Jugó los últimos diez minutos a la desesperada, buscando aprovechar cualquier grieta de una defensa cada vez más cerrada del PSG.

Entró por un Busquets que llegaba al límite por el gran esfuerzo realizado. Desde el centro del campo buscó empujar al equipo hacia el área del PSG.