El 1x1 del Juventus-Barça

Llegó la Juventus con peligro, pero sin acabar de concretar. Cuando lo hizo, ahí estuvo el brasileño, siempre atento. Tres goles le marcó Morata y los tres fueron anuluados por fuera  de juego. Increíble, pero cierto.

Llegan los partidos importantes y ahí sigue, de titular  en la banda derecha. Tuvo mucho trabajo, prácticamente todo en defensa, muy apretado por Chiesa. Lo solventó bien porque entendió que el partido no daba respiro.

No lo tenía fácil porque Morata es de los que rascan por arriba y por abajo. Se mostró fuerte, duro y consistente. Partido de los que hacen crecer a un futbolista. Lástima que no salió tras el descanso por problemas físicos.

Dybala apretaba como si no hubiera mañana y las líneas de pase escaseaban. Necesitaba jugar con velocidad y costaba un mundo. Se hartó de participar, aunque le costó sentirse cómodo. Mejoró mucho en la segunda parte, en la que incluso tuvo aventuras en ataque.

Su duelo con Cuadrado fue de los que echan chispas y algo más. Le va la marcha y, pese a que Pedri arrancó pegado a la cal, ante las embestidas del canterano, tuvo que irse al centro. Las pide todas.

Le falta ritmo, es evidente. Porque perdió demasiados balones y le costó dar continuidad, sobre todo en el primer tiempo. Eso sí, probó desde fuera del área sin pensárselo y da continuidad al juego. Poco a poco, irá a más porque aprende rápido, absorve lo que pide el Barça.

No jugó un buen primer tiempo. Se mostró poco trascedente y entró poco en juego. No parece sentarle bien el doble pivote y hay que pedirle más. Tras el descanso jugó de central, donde, con visión panorámica e inteligencia táctica, estuvo completísimo.

Envió un balón a la madera que resonó en el estadio, dejó otro a Messi de tacón y peleó. No paró de pelear, de presionar y de ofrecerse. Gran primera mitad jugando desde el centro. Bajó algo el ritmo en la segunda y erró un uno contra uno. Bien, pero necesita marcar como el agua.

Cuando centró su posición, brilló. Con espacios, horizontales y verticales, es un fuera de serie porque lee el fútbol como pocos. Fue de menos a mas convirtió cada llegada en peligro para la Juventus. La edad, para él, es solo un número.

Ofreció el potencial que su talento insinúa. Una gran primera mitad en la que profundizó, cometió pocos errores y fue un puñal por la derecha. Vio puerta con un disparo rebotado Chiesa. Tuvo alguna más y fue demasiado generoso cuando podía, perfectamente, definir. Se marchó a veinte minutos del final.

Tuvo dos opciones de anotar y eso es lo único que se echó de menos del argentino, que se hartó de dejar solos a sus compañeros en el área. De primeras cambió de juego de forma brillante para que Dembélé se inventara el disparo del gol. Cuando el balón pasa por él, pasan cosas siempre. Sentenció con el segundo gol desde los once metros.

Salió por Araujo y retrasó la posición de De Jong. Desde el doble pivote dio orden al equipo y los blaugrana jugaron sus mejores minutos. A leer partidos no le gana nadie.

Salió por Dembélé y, desde el primer minuto, agitó la  banda. Le costó encontrar espacios diáfanos para hacer más daño, pero siempre suma, siempre aporta, como cuando provocó el penalti con el que sentenció Messi el marcador.

Salió por Griezmann, cansado ya por el esfuerzo realizado.

Entró en el descuento por Pedri.