El 1x1 del Barça ante el Sevilla al descanso

Vio como Arana enviaba un balón al palo con un disparo al que le fue imposible llegar. Más allá de eso, poco trabajo destacable.

Arrancó rápido y contundente sumándose sin mirar atrás al ataque. Inició la jugada del gol de Coutinho buscando a Messi, que pareció cómodo a su lado. Parece acoplarse cada día más.

Es quien manda en defensa y no dejó de dar órdenes a la vez que corregía y frenaba al Sevilla. Se hartó de ganar balones por arriba. 

Titular contra su ex equipo, aprovechó para demostrarle a Valverde que puede contar con él incluso cuando tenga donde elegir. Pese a alguna duda, primera mitad seria del francés.

Debe ser un dolor de muelas jugar por su banda, en la que se convierte en amo y señor, tanto en defensa como en ataque. Su capacidad de incidencia en el juego es enorme.

Se le nota más cómodo cuando a su alrededor se acumulan más jugones. Gana él y gana el equipo porque Busquets es de los que nunca juega mal.

Su trabajo es imprecindible en el centro del campo porque libera a quienes le rodean de responsabilidades defensivas. El croata llega a todas partes.

Titular por tercer partido consecutivo, el brasileño parece haberse adueñado del interior zurdo. Volvió a ser solvente, solidificando el centro del campo y aportando también a nivel defensivo.

Tiene un rifle de precisión en su pierna derecha y puso en la escuadra la primera que tuvo. Cuanto más cerca del área, más peligroso es. Se mostró participativo y con ganas de disfrutar.

Cuando se trata de merendar rivales, no hace distinciones. Carne, pesccado, verdura... Lo que sea. No perdona nunca y en quince minutos ya había dado una asistencia y marcado un gol. Una mala caída le obligó a abandonar el césped.

Da igual si marca o no cuando juega como lo hizo en el primer tiempo. Asistió a Messi en el segundo gol, pero, sobre todo, trabajó sin destajo para abrir espacios y ganar metros.

Jugó los últimos veinte minutos por la lesión de Messi y se mostró vertical y con ganas de reivindicarse.