El 1x1 del Barcelona ante el Valencia

El Valencia no le apretó en exceso, pero, cuando tuvo que intervenir, no dudó, como en un disparo desde la frontal de Coquelin. El travesaño se alió con él en un remate de cabeza de Rodrigo. También desvió un disparo del delantero que iba a puerta. Se toma muy en serio la Copa y lo rubricó con un paradón ante Gayà. Alba le felicitó.

André Gomes no es el futbolista con el que mejor se entiende el de Reus. Y tuvo que hacerlo en la primera mitad, hasta que entró Coutinho. Subió con intención y estuvo serio en defensa. A veces con eso basta para jugar una final.

Cuando parecía que se perdería un mes, volvió sin inmutarse. Lideró la defensa blaugrana sin mostrar síntomas de flaqueza. A ratos tuvo que multiplicarse. Poco Valencia para tanto Piqué.

Zaza le apretó poco, pero, cuando lo hizo, se mostró casi siempre seguro. De hecho, solo en una ocasión se le escapó el delantero italiano. Su tranquilidad contagia. Y desespera a sus rivales.

No es que participara menos que en otros partidos, pero sí lo hizo con menos incidencia en el ataque porque la defensa che supo cortar sus subidas. En la segunda mitad, ya con 0-1, probó el disparo a puerta.

Suya, sobre todo, era la responsabilidad de evitar las contras del Valencia. Ello le obligó a estar muy concentrado y a seguir el juego también desde lejos. Cortó un par de balones peligrosos. Si hay que ponerse el mono, él es el primero.

El partido le obligó a ejercer funciones de contención en la primera mitad, dejando la faceta ofensiva para Messi y compañía. El croata se adapta a lo que pida el equipo y el rival. En la segunda, se dio el gustazo de ir al ataque y culminó su partidazo con un gol de 'nueve'. Muy grande.

Iniesta nunca decepciona, pero sus virtudes son menos visibles si no tiene jugadores a su lado con los que asociarse continuamente. Le faltaron compañeros de viaje para poder hacer más daño. Cuando los encontró, el Barça mejoraba. Valverde le dio descanso. Es un lujo tenerle siempre.

Sin jugar un mal partido del todo, siempre es protagonista de un par o tres de acciones impropias de un futbolista del Barça. En la primera mitad, un centro horrible y un pase en la frontal interceptado por los che. No salío tras el descanso.

Todos los balones pasaban por él. Enchufado desde el primer minuto, dio sentido al ataque blaugrana y provocó una falta en la frontal que obligó a lucirse a Jaume. Cuando le llegaba el balón, Mestalla temblaba. Le cosieron a faltas.

Muy vigilado durante toda la primera mitad por la defensa valencianista, tuvo que armarse de paciencia para, iniciada la segunda mitad, sacarse de la chistera una jugada brillante y centrar para que su amigo Coutinho se estrenara como goleador con el Barça. Tuvo tiempo de dar otro gol a Rakitic.

En uno de los primeros balones que tocó al entrar tras el descanso, conectó un centro de Suárez para poner un 0-1 imposible de remontar para el Valencia. Su estreno goleador dio una final de Copa al Barça.

Salió para dar descanso a Iniesta y, consciente de que no puede hacer lo que hace Andrés, se dedicó a mover el balón con coherencia para que el encuentro siguiera su curso. Eso también es fútbol.

Estrenó la camiseta blaugrana para dar descanso a Piqué. Entró y celebró la consecución de la quinta final de Copa consecutiva del Barça. Así sí.