El 1x1 del Barcelona ante el New York Red Bulls

Sin tener que intervenir en ocasiones rivales, su principal misión fue lanzar balones largos para sortear la presión alta americana. En uno de ellos, Raphinha estuvo listo y generó una buena ocasión para Lewandowski.

De lateral aporta carácter y fuerza, pero le falta finura. La desesperación por no encontrar recursos para avanzar por la banda le llevó a ver una tarjeta amarilla por protestar.

Sacó con nitidez la pelota e, incluso, sirvió un gran pase a Lewandowski en una de las oportunidades del polaco. Listo en el pase y atento en la colocación, sufrió un golpe en el tobillo pero pudo seguir en el campo

Situó la línea defensiva arriba para dejar sin espacios a los puntas rivales y se la jugó anticipándose evitando controles de espalda. Se entiende bien con Christensen.

Se situó de lateral izquierdo, pero se movió también por el centro del campo y buscó la profundidad. Puso un gran balón a la cabeza de Lewandowski, quien cabeceó desviado.

Calmó los ánimos de los jóvenes jugadores de Nueva York con su toque de balón, marcando el ritmo y haciendo faltas cuando era necesario.

Pareció acusar la falta de práctica en el centro del campo y falló más pases de la cuenta. Buscó la profundidad, aunque no acabó de encontrar su posición entre líneas.

El primero en incrementar la presión defensiva en campo contrario y desmarcarse para encontrar balones cerca del área. Intentó hacer de nexo con la delantera.

El jugador que aportó regates, fintas y desequilibrio partiendo desde la banda derecha. Cuando cambió de posición y no se pegó tanto al costado, encontró el camino del gol al recibir un pase de Raphinha.

Imposible recordar un partido en el que fallara seis ocasiones como le ha pasado en este partido. Ni el ariete se lo creía. Eso sí, estuvo siempre en el sitio donde se espera a un 'nueve'.

Empezó jugando por la izquierda y actuando a pierna natural le costó. Sus prestaciones mejoraron cuando pasó a a la derecha y dio la asistencia para que Dembélé estrenara el marcador.

Ayudó a que el equipo tuviera una mejor salida de balón por la banda derecha. Sin ser muy exigido en defensa, en ataque contribuyó a poner orden en las combinaciones

Volvió a ser víctima de los abucheos de una parte del público y se le notó aún fuera de forma. Vio la tarjeta amarilla por una falta dura. Mejor en el pase que en el corte.

No para de moverse y de echar una mano tanto en defensa como en ataque. Está todavía en fase de adaptación del difícil juego de posición del Barça.

Siempre sabe tomar las decisiones correctas para dar sentido a las acciones de ataque. Es imprescindible para que el Barça carbure y Xavi lo protegió cambiándolo a la media hora.

Jugó escorado en la banda izquierda y se notó que la confianza va en aumento. No marcó, pero estuvo ágil e implicado en el juego.

Xavi lo reubicó en el eje de la defensa, donde formó tándem con Piqué. Pese a no ser su posición, puso todo el empeño para evitar que se notaran sus carencias en esta faceta.

Fue más descarado que en otras ocasiones y llegó en varias ocasiones a la línea de fondo para generar ocasiones de gol.

Le cuesta tener participación entrando desde el banquillo. Se movió por la derecha, donde demostró no estar acostumbrado a jugar.

Se situó de pivote y jugó con simpleza. El ritmo fue bajo, aunque aseguró la posesión para el equipo.

Dejó buenos destellos de calidad situado como delantero centro. Además, estuvo listo para aprovechar un error entre un defensa y el portero para anotar el segundo gol.

Como le ocurrió a Ter Stegen, su misión principal fue pasar el balón ya que no le dispararon a puerta.

Entró en el tramo final por Pedri y recibió una patada sin sentido que le valió la expulsión a un rival.