El 1x1 del Barcelona ante el Espanyol

El meta alemán resolvió con solvencia su trabajo en el primer tiempo, sobre todo un potente chut de Baptistao en el 26' que atajó en dos tiempos, pero con el balón más mojado se mostró nervioso con los pies y tomó alguna decisión equivocada. En el gol de Gerard Moreno llegó a rozar el balón. La fortuna no estuvo de su lado.

No subió tanto por la banda como el otro lateral, Digne, pues el juego se desarrolló más por el flanco zurdo, pero también se animó en ocasiones e incluso dio algún buen centro. Apenas estuvo exigido en labores defensivas. Fue sustituido a la hora de juego con la sensación de que no aprovechó del todo su oportunidad.

La afición del Espanyol le dedicó continuos silbidos... y todavía se motivó más. Estuvo concentrado y sereno, aunquetuvo dos errores en la recta final del primer tiempo. En uno supo rectificar y en el otro, vio la amarilla. Marcó el empate a uno de excelente cabezazo a centro de Messi y lo celebró mandando callar a la afición local. Después, se quejó de la rodilla tras una entrada de Gerard Moreno, con quien se las tuvo.

El francés estuvo atento al corte, a las marcas y con capacidad para hecer alguno 'excursión' hacia el área rival, pero como el resto del equipo, fue de más a menos. Pidió en el 23' penalti por agarrón de David López y en la segunda parte vio por protestar una amarilla que le impedirá jugar ante el Getafe. Sergio García le reclamó un penalti que no fue en la última acción del choque.

Le tocaba emular a Jordi Alba y desde el primer minuto se puso a ello. Subió la banda izquierda constantemente y se apoyó en Coutinho y Luis Suárez para trenzar acciones interesantes. Se mantuvo en proyección ofensiva hasta que fue sustituido por Jordi Alba.

El peso del centro del campo volvió a reclar en el de Badia, que no hace una sola carrera o da un pase sin sentido. No se complicó la vida y puso oxígeno a la medular. Vio la amarilla tras un desajuste defensivo, que le obligó a intervenir. Exigido por un Espanyol batallador, dio siempre la cara y mantuvo la consistencia.

Se ocupó más de labores de contención en el centro del campo, que de sus habituales y providenciales subidas, haciendo gala del don de la ubicuidad. Se le echó en falta mayor participación en un partido que quizás le podía ir mejor por sus características.

Destiló su enorme calidad, como en un pase sencillamente genial a Alcácer que el valenciano no acertó a rematar. Con el campo impracticable, trató de cambiar su habitual juego combinativo y llevar la manija del equipo a base de balones con mayor profundidad.

Piensa más en el equipo que en lo personal, y eso es raro de ver en un delantero. Pero Alcácer siempre se ofrece para buscar la mejor solución. Cuando le tocó a él rematar, le faltó fortuna. Se fue diluyendo y Ernesto Valverde decidió sustituirle por Leo Messi.

Como es habitual, el uruguayo lo dio todo, lucho con sus rivales, y se mostró muy 'enchufado'. Se fue a la izquierda en ocasiones, alternando con Coutinho. Chutó alto una falta y frenó su increíble racha goleadora.

El mejor del Barça en la primera mitad. El brasileño se puso en el papel de Leo Messi, y partiendo desde la izquierda, se fue centrando. En el minuto 21, un derechazo suyo se estrelló en el travesaño. Cada vez está más integrado y dando muestras de ser un jugadorazo. La entrada de Messi en la segunda mitad le desplazó a la derecha, donde se le nota menos cómodo. 

El reusense fue un buen 'pegamento', en un momento en el que entró de máxima dificultad, para que no se rompiera el equipo  cuando fue en busca del empate. 

Le tocó entrar cuando más arreciaba la lluvia y en un momento complicado del partido, agravado tras el gol del Espanyol. Pese a tener todos los condicionantes en contra, sacó magistralmente una falta lateral para que Piqué empatara.

Su entrada al campo, fulgurante, le dio un aire más eléctrico al ataque azulgrana pese a las dificultades del terreno. En los minutos sobre el césped, se fue descaradamente al ataque.