El 1x1 del Barcelona ante el Eibar

Ipurua no es un campo para alardes con el balón en los pies y el meta alemán lo entendió a la perfección. Sacó más en largo que nunca y no se complicó la vida. Seguro en el juego aéreo y en blocar los balones. El larguero le libró del gol de Orellana.

Correcto en el lateral derecho, atando en corto a un jugador tan talentoso como Inui, y con capacidad para salir al ataque siempre que pudo, no tanto por banda, sino centrándose para iniciar sus cabalgatas.

Gerard tuvo que emplearse a fondo ante la intensidad del Eibar. El barcelonés demostró estar muy atento, sobre todo al corte, y salvó de esta manera acciones muy peligrosas de los locales.

El francés tuvo problemas ante la movilidad de los delanteros del Eibar, en especial Kike García, y tuvo alguna imprecisión poco habitual, pero también estuvo providencial al corte en más de una ocasión. Fue de menos a más y se asentó para no dejar resquicios.

Le tocó recibir las entradas de los rivales, primero en la rodilla, luego en la espinilla... Tuvo un intenso duelo con Orellana, un jugador muy difícil de marcar y que se le escapó en alguna ocasión. La expulsión del chileno le permitió tener más espacios para pofundizar y fruto de ello llegó el gol de la sentencia.

El croata se ubicó en el interior derecho, pero se fue en numerosas ocasiones al centro para echar una mano a sus compañeros. Muy exigido tanto en labores defensivas como ofensivas, perdió algún balón peligroso.

Trabajo gris del brasileño, que se colocó en el doble pivote para ayudar a Sergio Busquets. Se limitó a tareas de contención y tuvo poco contacto con el balón. Llegó en contadas ocasiones y con poco peligro.

Se adaptó perfectamente a las circunstancias del partido y se le vio cómodo, pese a la exigente presión de los futbolistas del Eibar. Un seguro de vida que además tiene mucho fútbol en sus botas, como evidenció en un preciso pase a Luis Suárez.

Poco protagonismo del capitán azulgrana en la primera mitad. Cuando contactó con el balón, lo hizo con criterio, como es habitual, pero se ofreció menos que en partidos anteriores en los que fue más determinante. Al inicio de la segunda mitad, vio la cartilina amarilla en una decisión muy rigurosa y es noticia porque es la primera de toda la temporada. Sustituido por Coutinho en el minuto 62, fue aplaudido por la afición del Eibar.

Se disfrazó de uno de los papeles que mejor interpreta, el de asistente. Le da igual que sea un campo de dimensiones reducidas, que el rival no le deje metros libres o que la lluvia dificulte el toque de balón. Sus pases de tiralíneas a Suárez, sencillamente magistrales, como también uno a Jordi Alba que se anuló de manera incorrecta. Envió un balón al poste que mereció ser gol, en una jugada que había iniciado él mismo. En la segunda mitad rozó el gol tras un gran pase de Coutinho, pero Dimitrovic le adivinó la intención en la volea.

Se reencontró con el gol después de dos jornadas en blanco gracias al increíble entendimiento con su amigo Messi. En una primera ocasión, se entretuvo y no resolvió tras recortar a Dimitrovic. A la segunda, no perdonó y abrió la lata. Con mucha movilidad arriba, puso marcar alguno más.

Dos grandes acciones en los minutos que tuvo. Primero, un gran pase a Messi, con el que se empieza a compenetrarse muy bien, que no acabó en gol del argentino por muy poco. Y después, genialidad para la construcción del gol de la sentencia, con un gran pase de banda a banda a Aleix Vidal.

Se colocó por delante de Sergi Roberto y contribuyó en las acciones ofensivas por esa zona. Tuvo el gol en sus botas tras un gran pase de Messi, pero se topó ante Dimitrovic. Participó en la jugada del segundo.

Entró en el tiempo de descuento