El 1x1 del Barça ante el Atlético

En una primera mitad con el Atlético a la expectativa y más pendiente del Barça, el meta alemán estuvo prácticamente inédito... hasta que los mayores problemas se los puso Piqué antes del descanso. En el gol colchonero no estaba bien colocado y puso blandos los guantes. Sigue con el estigma de encajar goles en todos los partidos.

Errático y notando len la primera parte la falta de minutos, pues no era titular en un partido importante desde el 20 de octubre ante el Sevilla, pasó de perder el balón y hacer faltas innecesarias a subir tras el descanso la banda con más peligro. Pero tiene que dar más en defensa.

Atento para mantener la línea defensiva y vigilante ante la proximidad del siempre peligroso Diego Costa. Su única acción con cierta inseguridad la pudo resolver Ter Stegen. Se lo devolvió cuando salvó el remate a bocajarro de Diego Costa a jugada de Griezmann.

Confiado, incluso en exceso, cuando se precipitó y se gustó demasiado en una acción ante Griezmann solo empezar el choque. Lo arregló poniendo atención al corte y mejoró con el paso de los minutos. Le faltó mayor seguridad con el balón.

El ritmo lento del juego no le vino bien para sus incursiones por la banda, pese a tener mucho espacio. Con Griezmann por su zona, optó por ser muy selectivo, aunque en la segunda mitad, y con el regreso al esquema habitual, volvió a ser el Alba de siempre, mucho más incisivo.

Busquets dio consistencia al centro del campo y se atrevió  con el balón. Dejó destellos de su gran clase con el balón en el partido 500 como azulgrana. Gil Manzano le enseñó una amarilla muy rigurosa.

Combinó con Semedo, buscó a Messi y el juego se desarrolló más por su parcela, pero le faltó ser más incisivo en una posición que le gusta. Se lesionó al filo del descanso en la musculatura isquiotibial de la pierna izquierda y se fue a los vestuarios. 

Regresó el Arthur más pelotero y protagonista con el balón,  ofreciéndose da los centrales para conducir el balón y ser el constructor de las jugadas. Mostró carácter y capacidad de reacción tras una peligrosa pérdida ante Griezmann. Sustituido por Dembélé.

Valverde quiso aprovechar su llegada y le dio libertad en la mediapunta en la primera mitad, recordando al rol de Paulinho. Apareció por todos los lados y hasta se extramotivó con una dura entrada a Lucas. En la segunda parte, se fijó en el interior derecho y estuvo más contenido hasta ser la tercera sustitución.

Si ante el Betis estuvo en el césped pero no fue el Messi de siempre, en el Wanda el argentino se mostró más recuperado, aunque aún le queda para sentirse al cien por cien. Más participativo, le faltó acierto en los tiros libres de los que dispuso, cuatro en total, pero fue el protagonista de la asistencia a Dembélé para salvar un punto. Visionario para encontrar al francés.

Luchó y se buscó la vida como siempre, pero le llegaron pocos balones en condiciones. El Barça pobló el centro del campo y le costó encontrar la posición.

Salió tras el descanso y se situó a la izquierda, con unos muy aceptables primeros minutos en los que el Barça mejoró prestaciones. Pero sufrió un golpe, se asustó y aunque continuó en el campo ya no fue lo mismo. Incomprensible que estuviera marcando a Diego Costa en el gol atlético.

Volvió Ousmane en el momento más oportuno. Valverde le levantó el castigo cuando se veía más superado. Y el francés cumplió, muy activo y con el premio del gol del empate. Está perdonado.

Tuvo muy pocos minutos, y sin duda merece más. Lo intentó con su habitual rapidez, pero esta vez no pudo ser protagonista. No siempre se puede llegar y besar el santo.