El 1x1 del Barça ante el Villarreal

Los pocos apuros que pasó los solventó con seguridad. Se anticipó con atención en las salidas, blocó sin dar opción a segundas jugadas y en el juego con los pies estuvo preciso. El meta brasileño va creciendo.

Tuvo poco protagonismo por la banda derecha, con el juego del equipo azulgrana muy inclinado a la izquierda, aunque se fue entonando con el paso de los minutos. En defensa amarró bien y no se complicó la vida.

El barcelonés fijó la línea y ahí no entró nadie. Gerard estuvo muy firme en la marca y atento al corte.

Su excelente visión de juego, impropia incluso en un defensa, permitió iniciar las acciones de los dos goles del Barça. Primero, en un pase largo y profundo a Jordi Alba y después, al ver desmarcado a Coutinho. Mantuvo una interesante pugna con Gerard Moreno, al que supo frenar  aunque el catalán le ganó en algún salto.

Pese a tener un duelo muy exigente atrás con Chukwueze, el de L'Hospitalet nunca se arrugó y se pasó más tiempo en campo contrario que en el propio. Rompió líneas para recibir en largo de Lenglet y asistir a Ansu Fati en el 1-0. Siguió insistiendo y dejando siempre en ventaja a sus compañeros.

Empezó bien, cortando un balón peligroso y enviando otro en profundidad, pero tuvo unos minutos en los que se mostró impreciso en el pase. Corrigió y terminó a un buen ritmo.

Delineó muy buenas acciones, aunque en otros momentos pecó de estar algo más desaparecido. Cuando le llega el balón es una delicia. Lee el fútbol como nadie y es muy necesario en este equipo.

Destaca más en labores de ayudas defensivas y en el juego colectivo que en la inspiración individual, y a un futbolista de la calidad de Griezmann siempre hay que pedirle más. Ha empezado la segunda temporada y sigue sin encontrar su sitio.

Se está echando al equipo a sus espaldas como nunca se le había visto. Arriesga y le salen bien las cosas. Buscó el desmarque, dirigió y asistió a Ansu para el segundo gol del Barça. Y lo siguió probando hasta que fue sustituido. Ilusionante. 

Cada partido que pasa hay más argumentos para soñar con el heredero de Leo Messi. Dos golazos en un espacio de cuatro minutos, dos derechazos muy colocados y sin opción para Asenjo. Y para postre, provocó un penalti. Los 70 minutos que jugó son para no olvidar. Increíble su precocidad. 

El mayor protagonismo recayó en Ansu Fati, pero Leo Messi también merece su cuota. Se movió con soltura por el ataque y cuando tuvo que marcar, en el lanzamiento de un penalti, lo hizo. Y eso que Asenjo le aguantó al máximo. Le faltó fortuna para el doblete.

Al francés se le ve con ganas de tener una mayor participación, lo que puede generar un efecto contrario por querer hacer más de lo necesario en poco tiempo.

Siempre está ahí, los minutos que le den, sean pocos o muchos, los aprovechará siempre al máximo. Con su '16' por la espalda, probó algún poase de fantasía.

Tiene mucha jerarquía y se nota. Domina la situación y reparte juego de memoria. Se estrenó en una falta, que se fue arriba.

Los minutos que estuvo sobre el césped confirmaron que siempre deja detalles de su velocidad y calidad. Los esláloms no pueden faltar.