El 1x1 del Barça ante el Slavia Praga

Hasta los veinte minutos no tuvo que intervenir y observaba desde su posición el dominio de sus compañeros. Hasta que Zeleny le puso a prueba. El alemán, siempre atento, salvó el empate hasta en tres ocasiones, dos de ellas de mucho mérito.

Va ganando presencia en el equipo, pero debe responder sobre el césped. No acabó sus aventuras ofensivas y estuvo a medio camino en sus tareas como lateral.

Acusó, de los que más, el gol tempranero de Messi. Creyó que estaba todo hecho y, de forma inconsciente, ayudó a que el Slavia conservara la fe. Llegó tarde en la jugada del empate, cerró mal y estuvo blando.

El Barça sentía tener controlado el encuentro tras el gol de Messi, pero Lenglet era de los que no se fiaba de la situación y mantuvo siempre su posición por lo que pudiera pasar. El empate le dio la razón, pero faltaban piernas para tanto checo.

La posición más centrada de Griezmann le permitió recorrer, como a él le gusta, la banda en posiciones ofensivas. El francés jugó más centrado. Jugó un partido poco ordenado, demasiado disperso por obligación del guión, no suya.

No es habitual, pero Sergio tuvo un futbolista pegado a él prácticamente todo el partido.  Stanciu se convirtió en su sombra y evitó que su fútbol fluyera.

Trató de proteger el balón en todo momento para ordenar al equipo, pero le costó ante la dispersión demasiado frecuente de sus compañeros. No acabó de comprender un guión inconexo.

Leyó a Messi a la perfección y, tras recibir del argentino, esperó el momento oportuno para ponerle un balón que Leo convirtió en gol. Fue un avituallamiento para cualquiera  de sus compañeros. De los pocos que jugó con cierta lógica y evitando un descontrol generalizado.

El gol a los tres minutos describe a Messi: roba, toca, se desmarca, espera el pase y define de primeras. Lo hizo, con la colaboración de Arthur, todo. Eso sí, el fútbol intermitente del equipo fue un freno para él. Pese a todo, fue, como es habitual, el más peligroso.

Trabajó tanto que, a veces, le faltó clarividencia en ataque. Jugó algo más centrado de lo que es habitual.  Se le vio poco y acabó sustituido. A seguir trabajando.

Probó el disparo hasta en tres ocasiones, pero algo forzado. Colaboró bajando a ayudar al centro del campo y estuvo intenso, pero un punto inquieto en sus acciones, seguramente por eso de que no marca fuera en la Champions. La prueba es el 1-2. Remató, pero entró tras rebotar en un defensa. Lo suyo es un misterio sin resolver.

Juega a su bola. Tuvo una ocasión para cerrar la victoria nada más salir por Griezmannn y no acertó, aunque lo problemático es su dificultad para entender el juego. Perdió balones y lo hizo todo mal. Incomprensible lo suyo.

Salió para cimentar el centro del campo ante las embestidas del Slavia, que buscaba el empate con energía en los últimos veinte minutos. La solución no  funcionó porque falló infinidad de pases y el Barça siguió sufriendo.

Ya no es protagonista y salió por Arthur en los últimos cinco minutos para dar descanso al brasileño.