El 1x1 del Barça ante el Sevilla

En el sentido literal de la palabra. Estiró el brazo y, cuando parecía imposible que llegara al cabezazo de André Silva, aún lo estiró un poco más. Luego paró un disparo a bocajarro. Repitió más tarde con otra doble intervención de gigante. Nada pudo hacer en los goles.

Arrancó rápido y contundente sumándose sin mirar atrás al ataque. Inició la jugada del gol de Coutinho buscando a Messi, que pareció cómodo a su lado. Parece acoplarse cada día más.

Es quien manda en defensa y no dejó de dar órdenes a la vez que corregía y frenaba al Sevilla. Se hartó de ganar balones por arriba e intentó poner orden cuando el rival empezó a apretar más.

Titular contra su ex equipo, aprovechó para demostrarle a Valverde que puede contar con él incluso cuando tenga donde elegir. Fue protagonista involuntario en el gol del Sevilla tras desviar la trayectoria del disparo de Sarabia.

Debe ser un dolor de muelas jugar por su banda, en la que se convierte en amo y señor, tanto en defensa como en ataque. Su capacidad de incidencia en el juego es enorme.

Se le nota más cómodo cuando a su alrededor se acumulan más jugones. Gana él y gana el equipo porque Busquets es de los que nunca juega mal. En la segunda parte tuvo más trabajo defensivo. Sin Messi faltaban manos.

Su trabajo es imprecindible en el centro del campo porque libera a quienes le rodean de responsabilidades defensivas. El croata llega a todas partes y llega bien. Sufrió algo más en el segundo tiempo, sin la presencia de Messi, pero acabó la faena con un golazo.

Titular por tercer partido consecutivo, el brasileño parece haberse adueñado del interior zurdo. Volvió a ser solvente, solidificando el centro del campo y aportando también a nivel defensivo. Se le ve cada vez más atrevido en sus acciones.

Tiene un rifle de precisión en su pierna derecha y puso en la escuadra la primera que tuvo. Cuanto más cerca del área, más peligroso es. Se mostró participativo y con ganas de disfrutar.

Cuando se trata de merendar rivales, no hace distinciones. Carne, pesccado, verdura... Lo que sea. No perdona nunca y en quince minutos ya había dado una asistencia y marcado un gol. Una mala caída le obligó a abandonar el césped.

Asistió a Messi en el segundo gol, trabajó sin destajo para abrir espacios y ganar metros y lo probó con un par de disparos antes de regalar un jugadón lleno de potencia y fe que solo pudo parar Vaclik haciéndole penalti. Él mismo lo transformó. Acabó exhausto.

Es digno de estudio porque es capaz de protagonizar jugadas de gran talento con acciones impropias de un futbolista capaz de ello. Será cosa de la edad, siendo benévolos.

Valverde ordenó su entrada a los veinte minutos del segundo tiempo para ganar posesión en el centro del campo, que, pese al marcador, sufrió sin Messi. Sergi Roberto haría hasta de delegado, si se lo piden. Aporta jugue donde juegue.

Salió para que Suárez pudiera parar de correr en los últimos diez minutos. Buscó el gol, como siempre.