El 1x1 del Barça - Espanyol

Tuvo muy poco trabajo porque el Espanyol llegó poco, pero sí intervino en algunas ocasiones para evitar males mayores. De Tomás fue quien le complicó más la vida.

De Tomás, que buscó de forma intencionada emparejarse con él cuando no podía con Èric Garcia, le superó claramente siempre. Sufrió muchísimo y su actuación ante el delantero pudo costarle muy caro al Barça.

Fue el último hombre, al que le tocó, a veces, jugar con fuego. Solventó siempre con acierto y sin demasiados problemas. La veteranía es un grado.

No dejó respirar a Raúl de Tomás, que tuvo que abandonar su posición varias veces para descansar e intentar aportar algo. Le amargó el primer tiempo y fue el primero que iniciaba el juego de ataque. Le costó algo más cuando el Espanyol más apretaba.

Con extremos abiertos, su papel pasa a ser más defensivo, así que se le vio menos en tareas ofensivas y mucho más rectificando pérdidas para evitar contragolpes.

Como si Xavi le hubiera pedido dar un paso adelante, probó el último pase en varias ocasiones, siempre buscando la espalda de la defensa. Inició la jugada que acabó con el penalti sobre Memphis. Acabó sustituido al notar molestias.

La presión a la que sometió al Espanyol desde el centro del campo complicó mucho la vida la salida del Espanyol. Casi provoca un penalti tras un servicio de puerta de Diego López. Eso sí, bajó algo su nivel físico en la segunda mitad.

Xavi recupero la versión más ofensiva del holandés, que tuvo libertad para adelantar su posición cada vez que lo que creyó conveniente. Le faltó algo de precisión para completar un gran partido. Marcó en fuera de juego.

Situado como extremo zurdo pegado a la cal, trabajó en defensa sin descanso y ofreció soluciones para el centro del campo en ataque. Siempre clarividente y currante como pocos. Acabó sustituido.

Balón que recibía, balón que buscaba convertir en algo mejor. Intentó el uno contra uno siempre que lo vio claro y lo probó de lejos con su privilegiada zurda.

Se ofreció por derecha, izquierda, en profundidad, en corto, por el centro... Las pidió todas y mostró una energía necesaria para el equipo en ataque. Forzó el penalti que él mismo marcó nada más arrancar la segunda. Lo celebró a lo grande.

De las que hacen pupa. Entró al descanso por Ilias y tardó un balón en demostrar un desparpajo impropio de su edad y una confianza en su uno contra uno insultante. Se fue de quien quiso cuando quiso. Muy buena pinta que acompaña con carácter, como le demostró a Pedrosa.

Salió mediado el segundo tiempo por Gavi, pero se situó enganchado en la banda y le vieron muy poco.

Entró por el lesionado Busquets para dar consistencia al centro del campo ante las embestidas de un Espanyol que buscó el empate en los últimos minutos, pero el equipo estaba partido.

Entró en los últimos instantes para dar consistencia defensiva porque el Espanyol llevaba tiempo mereciendo el empate.

Xavi le dio los últimos minutos buscando seguir manteniendo el balón y jugando por banda cuando más sufría el equipo.