El 1x1 del Barça ante el Eibar

Siempre atento, no tuvo que ejercer de salvador como en otras ocasiones. Simplemente mantuvo en todo momento la concentración para no verse sorprendido.

Cote le puso en muchos aprietos por su banda. Le superó varias veces y en otras fue el de Reus quien frenó a su rival. Tuvo mucho trabajo porque también buscó ayudar en ataque. No salió tras el descanso por unas moolestias musculares.

Regresó al equipo como titular y probó que es un gran central. Le falta ritmo, lógicamente, pero es poderoso en el juego áereo y protagonizó un gran duelo con Charles.

Arrancó con una falta innecesaria, pero reaccionó sacando todo lo que debía sacar en su área y, además, enviando largo y dejando solo a Griezmann ante Dimitrovic.

Frente a él estaba Griezmann, abierto a banda. Y eso condiciona sus subidas. Les falta entenderse algo más para poder extraer lo mejor de ambos. Le tocó trabajar más en defensa. La tuvo con el árbitro varias veces.

Le faltaron esas milésimas de segundo de claridad para ejecutar bien lo que le dictaba la cabeza. De ahí algunos balones perdidos. en lo positivo, ayudó a ordenar el juego.

Diop se llevó la amarilla por una entrada al holandés muy fea.  No pasó nada, pero pudo pasar. Prácticamente todo lo hace bien, incluso correr y rascar, y eso, en el Barça, es la vida. Su segunda mitad fue mejor que la primera. Y eso que la primera ya fue buena.

Parecía estar en todos lados y en todos lados sabía qué hacer. Si había que tocar de primeras, lo hacia. Si debía esperar, también. Nacido para ser culé.

Leo se subió a la bicicleta y empezó a repartir. Pases filtrados, regates, asociaciones, asistencias. Tiene para todos y también para él, marcando el 0-2. Dio el 0-3 para que la empujara Suárez.

Se merendó a Di Blasis, incómodo en todo momento ante el francés. Antoine aprovechó los espacios como nadie y abrió el marcador, precisamente, por esa razón. Además, asistió, como había prometido, para que Leo hiciera el 0-2. Fue decisivo.

Probó un caño y le salió. Probó una vaselina, algo desviada. Bajó a recibir, corrió, acabó paredes imposibles. En la segunda mitad le anularon un gol por milímetros, pero aprovechó un regalo de Messi para el 0-3. Físicamente impecable.

Salió por las molestias de Sergi Roberto y, en 45 minutos, se hizo con la banda derecha, tanto en defensa como en ataque. Un robo suyo acabó en el 0-3.

De armario, se entiende. El que tiene el Barça esta temporada en el banquillo. Había sido de lo mejor en los últimos partidos y esta vez le tocó ser suplente.

Sigue siendo raro verle salir desde el banquillo para jugar los últimos diez mminutos. Aunque pasen las semanas. El rato que jugó, impecable. Hasta el final, profesional.