El 1x1 del Barça ante el Borussia Dortmund

Umtiti evitó que perforaran su portería a los tres minutos. A partir de ahí, tuvo muy poco trabajo. El Barça tuvo el balón y el alemán vio el partido desde lejos. En la segunda estiró su brazo de goma para evitar el gol del Dortmund.

Pasan los años y los meses y él sigue en el lateral derecho. Ante el Dortmund cumplió en defensa, intentó ofrecer apoyos en ataque y, cuando pudo, incluso recorrió la banda en busca de aventuras imposibles. 

Salvó, a los dos minutos, el gol del Borussia Dortmund. Y, a partir de ahí, se vino arriba. Una gran noticia para el Barça porque Umtiti nunca sobra. Bienvenido de nuevo a casa. Ya está para jugar dos partidos seguidos. A por el tercero.

El central supo desde el primer momento qué debía hacer: mantenter la posición porque quienes debían tirar del carro eran otros. Lo hizo a la perfección. Un futbolista inteligente.

Con Dembélé en plan caótico, entendió que debía quedarse atrás, sin hacer ruido y pendiente de lo que pudiera pasar. Sin Dembélé, fue más atrevido, pero sin caer en la sobreactuación. Maduro y fiable, en línea ascendente.

Cuando el balón circula al ritmo que él marca, el Barça carbura. Tuvo a su lado a Rakitic, con quien se entiende con solo mirarse. Eso es una gran ventaja para futbolistas que hablan el mismo idioma.

Arrancó, después de muchos partidos, como titular. Perdió un balón que casi le cuesta al Barça el 0-1. Y, a partir de ahí, supo sobreponerse. Solo alguien con mucha personalidad es capaz de ello. Con rodaje, hay fichaje de invierno.

No en el sentido peyorativo de la palabra, sino en el más literal. Jugó discreto porque así lo exigía el guión, porque así creyó Messi que debía ser. Y eso es entender quién manda en el Barça. Guardar la posición también es sumar.

Con la que se guía el Barça. No son los resultados, es él. Quien da el pase del gol anulado a Suárez, que repite para que se quite la espina y abra el marcador. El que hace el segundo y da el tercero a Griezmann. Mejor silenciar teclados y disfrutar de su grandeza. Ha alzado el pulgar y ha dicho: "Antoine, te toca".

Salió motivado, eso es evidente, pero se salltó dos cursos de "cómo jugar a fútbol" y esa es una asignatura complicada de recuperar. Sobre todo si estás en el Barça. No acabó ninguna. Es imposible entender su juego. Acabó lesionado y se fue a los 24 minutos.

Marcó, como en él es habitual, pero el primero fue anulado por fuera de juego. No perdona ni en posición ilegal. Cuando tuvo la segunda, tampoco falló. El charrúa se acabará cuando él lo decida, no cuando lo decidan desde el entorno. 

Ha tardado algunos meses, y deberá seguir aprendiendo, adquiriendo conocimientos, pero quien debía dar el "sí" lo ha hecho. Antoine marcó tras una asistencia de Messi. Está todo dicho.

Salió en los últimos minutos para refrescar el centro del campo. No acabó de entender que el partido requería calma. Tiene un estilo y no entiende otra forma de jugar. Por eso es más útil de revulsivo, cuando la cosa pinta mal.

Salió por Luis Suárez en el descuento. Fueron sus primeros minutos en la Champions. Un hombre feliz.