Kevin Moller y seis más (en pista lógicamente). Este sería un buen titular para definir el excelente papel del portero que acabó con 18 paradas (43%) y fue determinante en el triunfo del Barça en la difícil pista del Kiel por un contundente 26-32 y que le devuelve al liderato del grupo B.
El partido se inició duro, tosco, rocoso... las defensas no dejaban trabajar a los ataques rivales, les neutralizaban en ambos lados, no daban opción a lanzamientos limpios y ello se tradujo en que consumidos prácticamente nueve minutos (8’53”) el marcador reflejara un pírrico 1-2, eso sí, con dos disparos a la madera para cada equipo.
Estaba claro que faltaba dinamismo y llegó un minuto más tarde. El balonmano empezó a fluir y los contrataques llegaban a buen puerto. El marcador empezó a correr, pero sin que ningún equipo despegara.
Möller, empieza el espectáculo
El central Domagoj Duvnjak lideraba con criterio al Kiel y el ex azulgrana Pilip Jicha desde el banquillo buscaba la fórmula para contrarrestar el juego azulgrana que presionaba con una defensa 5-1 muy adelantada sin dejar pensar al rival.
Con un gran Kevin Möller en la portería con ocho paradas en la primera mitad, el Barça se colocó con una máxima ventaja de tres goles tras una excelente intercepción de Raúl Entrerríos que marcó a portería vacía (10-13, minuto 24).
El Kiel jamás se rinde
No logró mantener la distancia el equipo de Xavi Pascual y la igualdad volvió al marcador con un parcial de 3-1 con dos goles de Duvnjac y de Reinkind tras una falta en ataque de Mem (14-14).
Se llegó al descanso con un 15-16 favorable al Barça, pero poco significativo y que obligaba a los azulgranas a seguir con este desgaste que supone enfrentarse a la pegajosa defensa alemana, rozando constantemente la legalidad.
Premio al trabajo
El Barça siguió trabajando intensamente en la segunda mitad y poco a poco, con paciencia, pero sin dar tregua, logró que la brecha en el marcador se instaurara en un +4 incluso +5 en el minuto 46’. Con el paso de los minutos cada vez estaba más claro que el Barça ya no dejaría escapar el triunfo, el Kiel notó el desgaste de un duro partido y Möller, que acabó siendo el MVP del partido, les desquició y acabaron por rendirse ante un equipo que apunta muy alto.
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