La defensa española fue un muro infranqueable para los portugueses, que apenas tuvieron resquicio para llegar con claridad a un Sterbik que demostró solo en contadas ocasiones su eficacia.
El equipo que dirige Rivera López tan solo tuvo algunos problemas en los primeros cinco minutos (3-2) porque luego contundencia en la defensa y la capacidad goleadora - pese a la gran actuación del meta Hugo Figueira- hicieron que el equipo cuartofinalista en los Juegos de Londres 2012 pusieran tierra de por medio para alcanzar una renta de 7 goles (16-9) con que se llegó al descanso.
Luego, la "maquinaria" española volvió a funcionar, imprimió velocidad al juego y los extremos dieron hicieron "pedazos" la cobertura lusa, con un Víctor Tomás, Entrerrios y Rocas como "matadores" para poner diferencias insalvables.
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Con 32-19, el técnico portugués Freitas solicitó tiempo muerto para parar "la sangría" en el marcador, y reorganizar la defensa lusa. Lo logró a medias, porque al final el marcador se inclinó con una ventaja de 14 goles para España.