Ya en los primeros compases se evidenció esa diferencia. Tres ataques del Villa de Aranda y tres recuperaciones del Barcelona, que no perdonó a un conjunto que de salida se mostró demasiado tibio en defensa.
Los hombres de Xavi Pascual dominaban todos los registros, defendían bien, salían al contraataque con fuerza, manejaban el juego desde el pivote y, cuando alguna pieza fallaba, aparecía la figura de Gonzalo Pérez, muy seguro bajo palos.
En ese escenario, el equipo burgalés sufrió más de la cuenta viendo como un Barcelona muy superior empezaba a coger las primeras rentas importantes.
Mediado el primer tiempo, la ventaja alcanzó su cenit con un gol al contragolpe Sorhaindo (5-13), momento en el que Villa de Aranda reaccionó.
Dos goles en apenas diez segundos dieron alas a los ribereños, que en los siguientes minutos se mostraron más efectivos en ataque y efectistas en defensa, reduciendo la diferencia hasta los cinco goles (10-15) con la que se llegó al descanso.
Sin embargo, los de Xavi Pascual son netamente superiores y no tardaron en volver a demostrarlo. Y eso a pesar de que el Villa de Aranda regresó muy enchufado de los vestuarios y en apenas dos minutos redujo diferencias y a punto estuvo de ponerse dos abajo.
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Pero poco le duró la alegría al conjunto castellano. Dos contragolpes consecutivos del Barcelona volvieron a poner tierra de por medio (14-20) y encarrilaron una victoria que el Villa de Aranda no regaló, pues mantuvo la tensión y competitividad hasta el final y acabó maquillando el resultado en los últimos minutos (27-32).