La racha inmaculada del Barça (7 victorias consecutivas) se rompió de una manera abrupta en la pista del ASVEL Villeurbanne, el club que preside Tony Parker y hasta este viernes colista de la Euroliga. Los azulgrana, lideres del torneo mostraron su peor versión. Nunca supieron adaptarse al escenario de partido: un duelo físico, duro, permitieron demasiadas cosas atrás y anduvieron perdidos en ataque desconectados por la defensa gala. Resultado: segunda derrota, la primera ante el ASVEL en Lyon...desde 1996.
El ASVEL es el típico conjunto francés con jugadores altos y atléticos. Una combinación que se le indigestó al Barça en cuyo cinco iniciial apareció Pustovyi.
Los azulgranas nunca se sintieron cómodos en ataque ante la dinámica y agresiva -siempre al límite de la falta y más-- defensa gala. Y en el apartado defensivo -la gran seña identidad de Jasikevicius- se plantearon todos los probleas del mundo ante el juego del colectivo de TJ Parker que esgrimió una alta velocidad de balón buscando los bloqueos para penetrar y o bien doblar para el triple (13 de 21).
No es que el ASVEL hiciera maravillas pero sí lo hizo mejor que un Barça que desesperó a Jasikevicius. El técnico lituano rotó a sus 12 efectivos pero salvo Mirotic y Calathes (los dos únicos jugadores que firmaron dobles dígitos de en anotacióncasi nadie dio un paso adelante con consistencia.
Y en este escenario, el Barça fue siemprea remolque en el luminoso acumulando ya una desventaja de 11 puntos (45-34) en la recta final del segundo cuarto (45-36 al descanso). Si el Barça no se adaptaba al escenario de partido y espabilaba la cosa pintaba mal.
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Y no se adaptó. Los azulgranas, salvo un atisbo de reacción (48-43) siguieron a remolque de un ASVEL letal en el triple. Los azulgranas, por su parte, continuaron mostrando un perfil inconexo en ataque, sobrado de ansiedad y falto de criterio. Y el conjunto galo lo aprovechó para ir engordando sus diferencias (65-49). El Barça quería pero no podía incapaz de adaptarse al partido físico que proponia su rival. Al final del tercer cuarto se llegó con un 65-53.
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En el periodo definitivo fue más de lo mismo: un quiero y no puedo por parte del Barça que acabó sucumbiendo ante la desesperación de Jasikevicius. Este fin de semana que no hay competición será un buen momento para reflexionar. El pleno de triunfos en el mes de noviembre ya no será posible.