Ricky Rubio no olvidará su regreso al Palau donde recibió el cariño de más de 7.000 espectadores que llenaron el recinto blaugrana para darle la bienvenida en una noche que tenía que ser completa, pero la derrota ante el AS Mónaco la acabó por empañar un poco.
Y el Palau le dio todo el cariño posible en una noche donde el juego del equipo no acompañó, quizá con cierta distracción por el regreso del base del Masnou, aunque la derrota hay que achacarla a los malos porcentajes de tiro.
Grimau administró a conciencia los minutos del base que entraba en pista apenas iniciado el segundo cuarto, coincidiendo con los buenos minutos del Mónaco. Apenas pudo brillar, en los cuatro minutos que disputó en la primera mitad.
Con ganas de ayudar
En la segunda, el técnico azulgrana lo volvió a meter en el duelo a 3:16 del final del tercer cuarto y lo mantuvo en pista cuatro minutos más del último, aunque con el encuentro muy cuesta arriba.
Ricky animó a sus compañeros desde el banquillo
| JAVI FERRANDIZTrató de reaccionar al equipo con un dos más uno, aunque sus cinco puntos finales en 11 minutos de juego, era lo máxmo que podía aspirar en su primera noche de blaugrana después de 13 años en la NBA y una crisis de salud mental.
No se le podía pedir mucho más en una noche realmente emotiva, que seguro no olvidará aunque probablemente le hubiera gustado cerrarla con una victoria. ante un equipazo como el Mónaco, pero no pudo ser. Pero seguro que llegarán muchas más con un Ricky en plena forma.
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Solo hay que esperar un poco, y el culé le demostró toda la paciencia del mundo para volver a ver el Ricky más decisivo con la camiseta del Barça.