Nikola Mirotic fue uno de los protagonistas del Clásico, tanto dentro como fuera de la pista. Calificar de ambiente hostil la grada del WiZink sería quedarse cortos. El aluvión de insultos al hispanomontenegrino por parte de una afición resentida y que no olvida la 'traición' fue constante.
Con las pulsaciones a más de 180, el barcelonista espetó en los entresijos del pabellón del eterno rival deportivo una frase que dejó boquiabierto al que la escuchó: "Ya vendrán. Ya vendrán. Cuando acabe mi etapa en el Barça ya veremos quién ríe".
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Está claro que a partir de ahora los Barcelona-Real Madrid de baloncesto van a ser de alto voltaje. La temporada todavía anda a gatas y, por lo menos, viviremos tres Clásicos más antes de acabar la fase regular de ACB y Euroliga.