Jesús Ángel García Bragado estaba exultante tras su medalla de bronce en los 50 kms marcha del Mundial de Berlín 2009. Casi cinco años más tarde el marchador madrileño subirá un escalón más en el podio tras la suspensión de tres años y dos meses del ruso Serguei Kirdiapkin por irregularidades en su pasaporte biológico. Una plata, la tercera en una cita mundialista (tras Atenas'97 y Edmonton'11, más el oro de Stuttgart'93) con cierto regusto amargo. Porque a nadie le gusta ganarla así.
"Esto demuestra que al final a los tramposos no les sale a cuenta hacer trampas y situaciones como ésta hacen que este deporte sea cada vez más serio y más creíble", dijo García Bragado, de 45 años, en declaraciones a TV3 tras conocerse la notícia de las sanciones impuestas por la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA).
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Dieciséis de los 17 oros, olímpicos y mundiales, logrados por marchadores rusos, están bajo sospecha. Algo que denunció en el documental de la televisión alemana ARD la lanzadora de disco Yevgeniya Pecherina al asegurar que el 99 por ciento de los atletas rusos se dopan.