Se han movido bien. El verano se antojaba como complicado, pero la dirección deportiva del Atlético de Madrid ha sabido reemplazar a sus jugadores y brindar a su afición de una nueva plantilla con la que ilusionarse. Además, algo que ha pasado desapercibido, es que han sido relacionados con varios nombres grandes, y entre estos, el que parece más claro que está por llegar es Rodrigo, delantero internacional y jugador del Valencia. La historia lleva sonando semanas. Deben primero liberar a Correa y después avisar a Jorge Mendes, intermediario esta vez con Peter Lim, para informar de que tienen los 60 millones de euros que desde Paterna piden por su futbolista estrella, el que desde la llegada de Marcelino ha sostenido el ataque.
Expedición Italiana
En los últimos días, emisarios del Milan llevan viajando hasta España para cerrar la venta de André Silva, que cuajó una meritoria temporada en el Sevilla. Esta operación dotaría de liquidez a los ‘rossoneri’ para acometer el fichaje de Correa, lo que a su vez desencadenaría la pieza de dominó por la que en el Wanda Metropolitano suspiran: Rodrigo, por quien Simeone ha dado instrucciones de que se incorpore lo antes posible parafacilitar su adaptación al equipo, una adaptación que se antoja como factible después de que salgan dos atacantes -al agente de Kalinic también se le ha informado que lo mejor para las dos partes es que encontrara otro lugar-.
Números para ilusionarse
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Con la llegada de Joao Félix y el acierto de Diego Costa, el Atlético de Madrid tiene en su nómina a dos de los mejores atacantes de Europa, aunque si nos fijamos en los números del portugués en el Benfica, junto que le gusta actuar acompañado de otro delantero o escorado en una banda, la necesidad de sumar un ‘9’ de garantías si pretenden luchar por todas las competiciones es de máxima prioridad. No en vano, el internacional con España ha sumado 34 goles y 17 asistencias, cifras que relatan lo relevante que es el jugador en los esquemas de Marcelino y lo bien que puede venir un jugador en el mejor momento de su carrera, a sus 28 años y con la ilusión de seguir cosechando títulos tras saborear el dulce néctar que le otorgó la pasada victoria ante el Barça en la Copa del Rey.