La situación de Álvaro Morata en el Atlético de Madrid ha experimentado un giro de 180 grados. El internacional español volvió a formar parte de la plantilla rojiblanca después de que la Juventus, club en el que militó durante las dos últimas temporadas en calidad de cedido, decidiese no efectuar la opción de compra. Su estancia en Majadahonda debía ser temporal, ya que no entraba en los planes de Simeone. Sin embargo, todo cambió tras la pretemporada.
La figura de goleador quedó huérfana tras la marcha de Luis Suárez al Nacional, pero Morata parece dispuesto a tomar el testigo del uruguayo. Su pretemporada, saldada con un gol ante el Cádiz y un hattrick ante la Juventus, despertó ciertas expectativas, y el madrileño se ha encargado de cumplirlas en el arranque liguero. Su vuelta a LaLiga se saldó con un doblete en la victoria ante el Getafe (0-3).
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Pero la incidencia de Morata no se limita a marcar goles. Que le pregunten a Luis Enrique, que siempre ha defendido su valor en el juego colectivo de la selección. La presencia del español sobre el césped coincidió con la mejor versión de Joao Félix, cuya calidad no es un secreto pero hasta ahora no se ha presentado de manera regular. Español y portugués se retroalimentaron en el Coliseum, formando una sociedad que puede dar muchas alegrías a la parroquia rojiblanca en la presente temporada.