Una estatua en la entra del Wanda Metropolitano. Menos no se merece una figura como la del Cholo Simeone que empieza a tener buitres sobre volando lo que ya dan por cadáver. El tiempo desgasta y el ciclo del técnico argentino parece estar llegando al fin. Un ocaso que parte de la afición pide de forma inmediata. Poca es la memoria de algunos.
Pero de poco sirve mirar atrás con los Godínes, Gabis, Falcaos o Griezmanns de turno. Piezas clave que han sostenido uno de los mejores Atléticos de la historia, sino el mejor. Caer ante la Cultural Leonesa fue una debacle de otra época. De cuando el equipo rondaba el limbo de Segunda con un Gil Manzano que se despidió del banquillo colchonero por una derrota parecida ante el Albacete.
No habrá sentencia final
Un despido de Simeone es algo que se convertiría en uno de los bombazos del año. Él aceptó el reto del cambio generacional de un equipo que tiene futuro pero que las está pasando canutas en el presente.
Caer en León fue despedirse de la que seguramente era la única competición con opciones reales de ganar. La Liga es cosa de Barça y Madrid que están a ocho puntos tras la desastrosa derrota en Eibar. Y en la Champions viene el ‘coco’. Un Liverpool que puede acabar de hacer un destrozo mayor.
Los jugadores tampoco acompañan, muchos de ellos muy por debajo de su nivel. El abanderado de ello es un Joao Félix que, no ha explotado, pero ante la Cultural regaló tres goles cantados que sus compañeros fallaron.
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Lo ocurrido en el Reino de León fue carne para unos detractores de un cholismo que vive tiempos difíciles. Horas bajas. Pero que fiel a su filosofía nunca se le puede dar por muerto. Amarlo en tiempos revueltos.