Asoma el Athletic Club por la zona alta. En una jornada con Asamblea de socios y en la que Aitor Elizegi anunció que no se presentará a la reelección, Iker Muniain se postula como candidato a liderar el enésimo proyecto rojiblanco sobre el césped. Participativo como el que más, gestó el 1-0, transformó el penalti del 2-1 y provocó otro que Berenguer no atinó. El navarro es el emblema de los leones.
Hipnotizados por la velocidad de circulación o tal vez con exceso de amodorramiento, los vizcaínos no despabilaron la galbana hasta que Danjuma tocó la corneta. El Villarreal era preciso y asociativo, pero efímero.
Emery juraba por lo bajinis y perdió los estribos en el 1-0. Williams había alarmado estrellando contra el travesaño un pase atrás de Muniain desde la izquierda. El de la Txantrea explotó, a renglón seguido, la velocidad de la ‘Pantera’, centro al corazón del área y ahí apareció la voracidad del que no hace ascos a nada. Raúl García metió la puntera tirándose al suelo y adelantó a los leones.
Lo pasaban mal los ‘groguets’, aunque a trompicones equilibraron. Danjuma se la llevó con fortuna, y no con menos suerte la metió Coquelin en la escuadra. Su remate rozó en Iñigo Martínez y dejó a Unai Simón petrificado.
Sin Gerard Moreno, lesionado en el 20', el Villarreal sobrevivió al Athletic más alemán: 'Gegenpressing' con sello del 'Botxo'. Danjuma obligó a Simón y a Vivian. Magnífico pero muy solo el neerlandés.
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El dominio 'athleticzale' lo refrendó el VAR. Chivatazo a Cuadra Fernández y once metros. Alberto Moreno pisó a Vencedor y Muniain ejecutó cruzándosela a Rulli. El navarro provocó instantes después otra pena máxima. Berenguer, sin embargo, no corrió la misma suerte y Rulli le leyó la mente. Manopla del argentino y esperanza para los amarillos que el cronómetro acabó matando.